El último Consejo de Gobierno se nos explicó que urgía la externalización de un servicio para actualizar las ordenanzas en Fomento.
Se nos dijo que habría que gastar más de 200.000 euros pero que era obligado puesto que los técnicos del área estaban saturados con asuntos de vital importancia como el ámbito de la disciplina urbanística (por cierto, ¿acaso se están viendo cambios, avances, medidas drásticas contra la edificación ilegal? saben que no, que tan solo hemos asistido a medidas de impacto mediático porque el corazón de esta problemática sigue igual de podrido y sin soluciones contundentes). Incluso el consejero de Fomento se sorprendió que al personal de los medios de comunicación le sorprendiera esta decisión. ¿A cualquiera no le llamaría la atención un gasto de 200.000 euros para hacer algo que, se presupone, deben hacer los funcionarios?
Ahí quedó la cosa hasta que ayer, tan solo una semana después, se nos dice que lo que antes era de vital importancia ahora puede esperar: se paraliza la externalización. Y a una se le queda cara de póker porque no entiende cómo en 7 días lo urgente ha pasado a 'puede esperar' y el agobio en el área ya no lo es tanto. El gasto obligado de 200.000 euros queda en el aire. ¿Razones? Nos cuentan que hay que reflexionar para encontrar una solución global para todas las áreas municipales y que ese gran trabajo lo podría hacer el personal adscrito a la Ciudad sin tener que contratar los servicios de una consultora. ¿Cómo le ponemos al niño? Antes sí y ahora no, antes para un área menor, ahora para todas... No, perdonen, pero no me entero. Como llevo años sin enterarme de los cambios de criterio, de cómo puede cambiarse de idea de un día para otro, de cómo el blanco y el negro chocan frontalmente así, sin más... y a nadie le sorprende. Normal, creo yo, no lo es. Al menos a mí no me lo parece. Aunque resulta que sorprenderse por esto pueda parecer, encima, un insulto a la gestión municipal.
Que me lo expliquen. Que me expliquen ésto y otras tantas cosas porque no las entiendo y como ciudadana, cuando menos, tengo derecho a que me faciliten todas las explicaciones oportunas. En una semana nos hemos ahorrado 200.000 euros. Y yo sin enterarme. ¿Por qué en otros ámbitos no se aplican la misma vara de medir? Creo, sinceramente, que me he perdido algo.