Sí, pequeño. Podrás salir adelante, podrás tener un futuro, al menos serás capaz de soñar... de tener una oportunidad.
Tendrás todo esto gracias a que una luchadora te arropó, te protegió, te cuidó y arriesgó lo más preciado: te arriesgó a ti, y lo hizo por intentar dártelo todo, porque pudieras soñar. Esa madre, que hoy no entenderá de celebraciones, ni de días; esa madre a la que no le llegarán las flores, ni le felicitarán, nunca te dejó solo hasta que fue rescatada, ayer, junto a otros 32 compatriotas, por Salvamento Marítimo en el mar.
Tu madre ha ganado la batalla. Tu madre ha burlado a ese mar que se ha llevado a tantas luchadoras, que no ha dudado en tragarse las vidas de los más inocentes, que siempre está ahí, amenazante, esperando seguir creciendo a costa de la tragedia de un mundo que no funciona, de una sociedad en la que parece que todo vale, de un sistema en el que desde pequeños nos dicen que tiene que haber hombres buenos y hombres malos. Y os ha tocado a vosotros. A ti, pequeño. A vosotros os ha tocado la etiqueta de los malos, de los invasores, de los que nos van a comer, de los que vienen a hacernos no sé cuántas barbaridades más.
Tranquilo pequeño. Tu madre te da agua, tu madre te cuida, tu madre te abraza, tu madre se ha portado como una luchadora. Pero son pocos los que entenderán su historia, como también son pocos los que entenderán la tuya. A mí no me das miedo pequeño, admiro a tu madre sin conocerla, quiero que triunfes en la vida o al menos lo intentes.
Soñar, crecer, luchar como mis niños. Vivir, intentarlo, amar... yo intento darle todo esto a mis pequeños. Lo intento sin necesidad de haberme subido a una patera, de haber escapado de esas aguas asesinas, de haber dejado atrás un mundo de miseria. Tú y yo, iguales pequeño. Ojalá este mundo cambie y todos seamos capaces de parar, pensar, amar y darnos una oportunidad.
P.D.: Gracias a Miguel Parcha por divulgar esta fotografía. Ojalá nos haga cambiar.