Permítanme la osadía de no hablar del 'Camino'. Aprovechar la sorpresa, el momento en la distancia, que no cobardía.
Cuatro 'Amigos', que hace un año, compartieron una aventura, bendita valentía.
Comenzaré por Raimundo, que de nada lo conocía. Caballa de cuna y viajero del destino. Con él inicié mis primeros pasos allá por Galicia. Y cada paso que dimos fue firme y fructífero.
Nunca mejor dicho, hablamos de árboles, de frutos, de costumbres, de cambios... Todo un lujo de compañía.
Seguiré con Juan Antonio, serio de porte, pero alegre, cantor, historiador, la banda sonora de nuestras vidas. Padrazo y educador, ejemplo de entrega porque apuesta por un futuro.
Ahora le toca el turno a Jorge; con él comparto amaneceres todo el año. Haga calor, llueva, resbale o truene, el Hacho nos cobija y cada mañana alumbra un nuevo día.
En este grupo, nadie llegó antes, ni más tarde, porque somos una piña, el espíritu del 'Camino'.
Si el Hacedor lo permite, ya se ve a lo lejos, otro nuevo periplo, preñado de historias pintadas de verde, lluvia, complicidad y risas.
Igual este escrito me pasa factura, por gritarle a los cuatro vientos que los quiero y que forman parte de mi vida.
No hacemos daño a nadie con nuestras correrías y mantiene viva una ilusión que es más fuerte cada día y sin más dilación corto y cierro.
Animaros a la experiencia, merece la pena. Os doy las gracias por leernos y apago mi pluma.