No se trata de pesimismo, sino de realismo; no se lleven a engaños, no existe una tercera vía para el futuro Gobierno de España.
O a España la dirige la moderación, bien sea PP+Cs, PP+Cs+PSOE, PP+PSOE; o este país está condenado a soportar un gobierno de renovado frentepopulismo en el que el deglutor de democracia, libertades y partidos, Podemos, será alma mater de ello.
No va a existir un gobierno dirigido por un PSOE moderado. EL PSOE abandonó el sentido de Estado y la moderación desde que Zapatero decidió que el modelo a seguir era el laicismo radical y toda la parafernalia legislativa que conlleva el reprender a gran parte de la población española. Tan mal anda ideológicamente el PSOE, que quien se postula como salvadora de este partido es la líder del gobierno más corrupto que ha asolado cualquier democracia occidental desde que se tiene memoria, Susana Díaz.
Hoy más que nunca tiene sentido el conservadurismo. Por muy impopular que sea el término político, es tanto lo que está en juego: la libertad, la democracia y la integridad nacional; que preservar el actual modelo es lo menos nocivo que puede pasarnos.
Pese a que es evidente la necesidad de un cambio en las políticas, no hace falta ser muy perspicaz para comprender que la propuesta frentepopulista no es la solución a los grandes problemas que debe afrontar el Gobierno, además lo agravarían de tal manera que finiquitaría de forma violenta el complejo sistema de libertades que ahora gozamos.
No existen soluciones mágicas, ni los miembros del actual Gobierno son tontos de remate. Es difícil imaginar cómo la pereza, la mediocridad intelectual y universitaria española (Pablo Iglesias, Jorge Vestringe o Errejón) puedan aportar soluciones a un sistema educativo que lleva decenios de fracaso bajo diferentes gobiernos, o a un problema endémico de paro. No digamos ya, como afrontar el problema migratorio europeo, el independentismo vasco o catalán, por no hablar de política de defensa, seguridad nacional o fronteriza que tanto pudiera afectarnos.
Lo que sí tenemos claro, es que sus frutos los podemos conocer por el actual estado de Venezuela, donde sus asesorías , pagadas con mayor o menor generosidad y transparencia, han dado el fruto de la represión, el totalitarismo, la hambruna, la violencia y el caos. Si Venezuela es lo que ellos entienden como modelo a seguir, como así lo han declarado pública y reiteradas veces, prepárense para coger las maletas si no quiere que sus hijos vivan en un país así.
Al PP se les atascan las encuestas y es mucho más que la permanencia de un líder lo que se juega ahora en España. Se trata de 44 millones de habitantes, de un sistema de libertades y de una forma de vida en la que podemos perder la forma, y la vida. Quizá en un gesto de generosidad y de alturas, el candidato, debería ser lo de menos, para él y para nosotros los votantes.