PP y Podemos eligieron el mismo día para la presentación de sus candidatos para unas elecciones difíciles de entender y en las que resulta complicado creer.
Sí, podemos repetir una y mil veces lo de la utilidad del voto, pero, sinceramente, mirando hacia atrás, la lección otorgada por los mismos partidos que ahora nos reclaman no contiene los mínimos exigibles.
Podemos, con el apoyo de Caballas, volvió a la calle. En poco o nada varió su presentación ante los fieles de siempre. Tampoco lo necesitan. Saben hasta dónde pueden llegar en una Ceuta en donde las cartas de la baraja están demasiado marcadas.
Me llamó la atención la puesta de largo del PP en pleno Parque Marítimo. Con un presidente Vivas que sigue repitiendo a los cuatro vientos su defensa al jefe superior del CNP (¿nadie le ha dicho al oído que su papel de delegado del Gobierno está más que cumplido en este ámbito?, en serio, se ha convertido ya en chascarrillo en todas las fuerzas de seguridad), volvió a tomar el protagonismo en un acto en el que él no es protagonista. Pero eso debe dar igual en un PP cuya única marca sigue siendo Vivas y en donde ya se están dando tortas las distintas facciones de poder para dejar marcado el terreno.
Les decía que me llamó la atención que utilizaran el Parque para esta presentación disfrazando de 'canutazo' lo que fue todo un acto político, del que nos quedamos con las ganas de saber si el partido ha pagado por ese 'alquiler' exigido a todos los que quieren hacer uso del Parque. No lo sé. Ellos nos lo contarán. Más allá de algo que supera el mero detalle, me quedo con lo inapropiado de hacer uso de este recinto, en plena temporada de baño, para un acto puramente político. No. Por muchas explicaciones que nos den no es el escenario más apropiado para una presentación que ha dado mucho que hablar porque nace viciada, sin dar argumentos entendibles sobre el uso dado al complejo de César Manrique sin que todos y cada uno de los que accedieron ayer hubieran pagado previamente su entrada, como hace cualquier ciudadano. Aquí no vale todo, aquí no se hace lo que cada uno quiere con un centro que es del pueblo y para el pueblo, del que no tienen por qué retirarse bañistas que han pagado su entrada porque se esté celebrando un acto político. No. No todo vale. Ni es el momento ni el lugar.
No. No todos vemos normal lo que no lo es. Ni nos dejamos arrastrar por la locura colectiva instalada y manejada por unos pocos.