El Mirador de Isabel II acogerá el próximo domingo una concentración en defensa del medio ambiente. Una cita que, visto lo que está pasando en esta ciudad, es obligada. Y lo es porque hay una absoluta falta de respeto por lo único que tenemos y lo único que estamos obligados a dejar a nuestros hijos. Obligados a dejárselo sano, con vida. Pero estamos haciendo lo contrario, somos unos egoístas que estamos matando nuestros montes, nuestros mares, nuestra naturaleza.
Lo hacemos poco a poco, algunos con su dejación doméstica acudiendo, por ejemplo, a la playa o al monte y dejando la basura en cualquier lugar, ayudando a que la contaminación sea mayor. Lo hacen también quienes nos mandan, nuestros gobernantes, incapaces de tomar con la seriedad debida este asunto, ante el punto de acobardarse y plegarse ante los grandes poderes cuando incurren en algún delito. Ha pasado con los vertidos al mar, ¿dónde están los expedientes de 2008 y qué sanción se impuso a sus autores? Se lo respondo: quedaron en un cajón y nada se hizo. Hemos asistido de igual forma a un espectáculo bochornoso tras el incendio del Monte de la Tortuga. El PP ha sacado su vena más radical pegándose en el pecho en defensa del Ejército, inventándose que algunos queríamos aprovechar las llamas para atacarle. Poco ha faltado para que salieran sus mononeuronas de turno a sacar la bandera y acusar a los críticos más o menos de radicales, inventándose historias para no dormir más propias de acomplejados.
Hay peperos que se quedaron ‘pillados’ con el espíritu Perejil y se creen con derecho a todo. Así que la imprudencia de Defensa que terminó causando la quema de un monte se ha transformado en objeto de ejercicio político bajuno del PP. Debe ser normal, queridos lectores, que mientras se quemaba el monte, Defensa siguiera con su acto castrense, sus desfiles y sus ‘arriba España’ justo al lado. Debe ser normal que el comandante general siga escondido y sin comparecer. Qué pena que el coronel de la Guardia Civil, tan defensor de la naturaleza que es, no hubiera deslizado alguna que otra alusión a los hechos durante su discurso de la Patrona, teniendo al jefazo de los militares delante. Confío, al menos, en que el Seprona lleve hasta el final su investigación, que, por cierto, sigue en marcha y no cerrada, tal y como la Ciudad se aventuró a decir. ¿Será que se les va los pensamientos por la boca y eso es lo que desean en el fondo... carpetazo y olvido?
Por valores, por moral, por ética, por respeto, porque es nuestra obligación, debemos exigir y obligar que se cuide nuestra naturaleza. Y hoy por hoy no se está haciendo. No podemos ser tan irresponsables, no podemos dejar que se nos arrebate lo que tenemos. Por eso el 18 hay una cita, una fecha para la protesta. Y yo haré lo posible por estar, como mucha más gente. Y lo haré para que al menos ese grito sea mayor y a algunos se les caiga la cara de vergüenza por su inacción. Están matando lo poco que tenemos, la joya para nuestros hijos.