Quantcast
Channel: Blogs - El Faro Digital - Ceuta y Melilla - El Faro Digital - Ceuta y Melilla
Viewing all articles
Browse latest Browse all 1487

“Gente buena”

$
0
0

"Son gente honrada, gente buena”. Estas han sido las palabras de José Bono, ex presidente del Congreso, al conocer el procesamiento de sus compañeros de partido, los ex presidentes de la Junta de Andalucía, Chaves y Griñán. Felipe González, incluso pone la mano en el fuego por ellos. Tanto él, como Ximo Puig, presidente de la Generalitat de Valencia, establecen una diferencia importante con la trama de corrupción del Partido Popular, pues aquí, según dicen, “no hubo enriquecimiento personal, ni financiación ilegal”. 

No quiero entrar en detalles sobre la causa del procesamiento de estas personas. Y mucho menos sobre su honradez personal, que nunca he puesto en duda. Tampoco la he puesto de Felipe González, Alfonso Guerra, José María Aznar o Mariano Rajoy. La mayoría de personas, casi siempre tenemos alguna razón importante para realizar nuestros actos. Mucho más los que dirigen los asuntos públicos. Incluso los dictadores más déspotas. Cuando la realidad se reduce a fríos cálculos de coste y beneficio, podemos justificar casi todas las atrocidades humanas. Hasta la guerra podía ser justa, según Santo Tomás. “Paz a los hombres y guerra a las instituciones”, nos decía Anselmo Lorenzo. Pero lo que no es elegante, por expresarlo de la forma más leve posible, es que nos sigan tomando por imbéciles. Sobre todo en un periodo político tan importante para el futuro de Europa y de nuestro país.
Me viene a la memoria el caso del Juez Garzón, inhabilitado por el Tribunal Supremo. En un artículo que publiqué entonces en este mismo medio (“Cuando la Justicia se usa como venganza”), decía que era curioso ver cómo un buen juez, o al menos, un juez valiente, se veía atrapado en los Tribunales a consecuencia de la demanda formulada contra él por parte de los abogados de una presunta trama de corrupción y blanqueo de dinero, como era la del caso Gürtel. En aquél entonces, algunos de los que hoy “jalean” a Chaves y Griñán, y muchos otros, sintieron especial satisfacción por su inhabilitación. Me refiero a los del GAL, al Señor X, o a los que asesinaron a sangre fría durante el franquismo, después de la Guerra Civil. La única falta de Garzón fue usar las escuchas telefónicas, de forma ilegal, para buscar pruebas contra los que se sabía que delinquían. No hubo compasión con él.  
En la Universidad aprendí que nuestro Derecho Penal es heredero de la Ilustración y de las denominadas teorías unitarias del delito, cuyos padres son Aristóteles y Santo Tomás. Según estas teorías, el fundamento de las penas debía estar en la prevención de futuros delitos. Pero también deberían tener una función “retributiva”, al objeto de que el delincuente “pague” el daño causado a la sociedad. Y por supuesto, su función más importante debía de ser la “socializadora”, para conseguir que dichos delincuentes se integraran en el sistema democrático de convivencia. Es decir, la Justicia tendría una importante función para preservar la democracia.
Trasladando esto a la corrupción que vivimos en la actualidad, es evidente que se trata de delitos que atacan frontalmente nuestro sistema de Derecho. Al igual que el terrorismo. No es aceptable clasificar a los muertos en razón de la ideología de sus autores, o de las propias víctimas. Tampoco lo es graduar los robos dependiendo de los destinatarios finales de lo desfalcado. Cuando se instaura la pillería y el clientelismo en la gestión de los asuntos públicos, se perjudica a toda la sociedad, sean cuales sean los bolsillos a los que vayan destinados los dineros defraudados.
La actitud de los viejos políticos del Partido Socialista español, Bono y González, en el caso de los ex presidentes andaluces Griñán y Chaves, es tan grave y tan sintomática de su nulo propósito de la enmienda, como la del Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con la trama de corrupción del Ayuntamiento de Valencia, por mucho que se empeñen en taparlo con sus continuas referencias a lo que ocurre en Venezuela, para así desprestigiar a los dirigentes de Podemos. No es que su actitud sea vergonzosa, que lo es, sino que ellos mismos son en sí mismo una vergüenza nacional.
No sé cuántas evidencias más son necesarias para que el pueblo español se dé cuenta de que es un ejercicio de responsabilidad desplazar a todas estas castas del Poder. Creo que vamos por el buen camino, aunque algunos necesiten, en lugar de una “sonrisa”,  un “capón”.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 1487

Trending Articles