Pareciera que para algunos, los cinco millones de votos de los ciudadanos que han tenido a bien votar a “Podemos”, no fueran españoles, o tal vez votantes de segunda, que no tuvieran derechos constitucionales para votar a la opción políticas que ellos consideren menester. Y, hablan continuamente de Venezuelas y de “Frentes Populares” -cuando no hace falta irse tan lejos, porque aquí, a pie de calle, tenemos la cara real de la corrupción dentro de los cargos más relevantes de los propios partidos-, restándoles a estos intelectuales salidos de nuestra Universidad -la generación más preparada desde que se creara esta institución en el bajo medievo-, la capacidad intelectual de pensar por ellos mismos y sin que nadie les dirija la posición política que hayan de tener en el entramado circunspecto de nuestra realidad democrática.
Y, parecieran que todavía andan en la España fascista de Franco, donde sólo se albergaba un pensamiento único y una única forma de hacer política: “La que el régimen considerara oportuna”, bien alejadas por cierto, de las urnas y del voto de los ciudadanos de este país llamado España. Nada parece haber cambiado por ello, sino el sentido de lo “conservador” como algo fusionado al más puro casticismo español, al margen de la pluralidad de razonamientos que debe de coexistir en una sociedad moderna que se precie y que sea solidaria entre la ciudadanía.
Qué cosa más cansina oír continuamente un día sí y otro también, a estos “padres salvadores de la patria”; a estos auténticos agoreros, que cómo oráculos de Delfos, nos posicionan en las maldades a la patria y, su único y mesiánico fin, fuera como aquellos militares sublevados del 36, salvarnos de las garras del comunismo internacional y de las sectas judeo masónicas de pretéritas relevancias…
Y, no acierto a comprender -deben de explicarlo con meridiana claridad- por qué el partido que se encuentra en estos momentos en funciones, que en ciudades como Madrid y Valencia, muchos de sus dirigentes políticos no se han comportado -a la luz de las tramas “Gurtel y Púnica”-, como un partido decente que luchara por el bienestar de sus paisanos; sino, muy al contrario, han constituido un grupo mafioso para obtener unos réditos y un enriquecimiento -más allá de la más pura avaricia- al especular con terrenos que recalificaban para que las constructoras obtuvieran unos pingues beneficios fuera de todo control y límite.
Y, tampoco acierto a comprender cómo políticos en apariencias serios, honestos, razonables y tan pulcros y cuidados en su vestir, se lanzan a la aventura de visitar otros países tan alejados del nuestro, interpretando su errática y trágica política de enfrentamiento social, cómo una auténtica faena de pesca, donde en 48 horas de echar las redes al improvisado caladero, se espera recoger con salabares llenos de peces-votos, la mayor pesquera de votos allende nuestras fronteras. ¡Qué vergüenza! ¡Qué sentimiento de vergüenza ajena! ¡Qué patético, para un político tener que recurrir a estas triquiñuelas y descender a estos bajos fondos de la política para influir en los votantes y conseguir votos! Y, nos preguntamos: ¿Por qué no se fue el Sr. Albert Rivera, a las fronteras de Macedonia y Grecia, donde se hacinas miles de refugiados sirios que huyen con los ojos espantados de horror de la guerra? Y, volvemos a preguntarnos: ¿Por qué no va a los mares helenos y comprueba la terrible tragedia de los que dejan allí sus propias vidas -el único patrimonio que poseen- huyendo de la misma guerra? Y, finalmente, ¿por qué, desean viajar tanto -con lo que cuestan esos viajes transoceánicos, sí ahí, a la vuelta de la esquina, en la sede de los partidos tradicionales y hasta ahora mayoritarios, tienen las tramas de corrupción de mayor relevancia que aconteciera jamás en la Unión Europea? No sería mejor, volvemos de nuevo a preguntarnos: ¿Aquello de “zapatero a tus zapatos”, e intentemos arreglar nuestra propia casa a punto de derruirse sus muros por el abandono, la despreocupación y la extrema codicia, en vez de intentar arreglar la casa ajena de nuestros alejados vecinos…?
¿Por qué, a estos padres de la patria, no les asusta un partido como el PP que ha tenido todas estas mayúsculas corrupciones entre sus “cabales y honestos” dirigentes e incluso a su tesorero mayor, Sr, Bárcena, llevándoselo “calentito” a Suiza, mientras el Sr, Rajoy le enviaba mensajes de apoyo y extremo cariño a su móvil -encontrándose en prisión cautelar- apelando a la entereza y a su buen trabajo realizado como tesorero del partido? Verdaderamente patético, que estos hechos acaecidos en la joven democracia española, no asuste, ni ponga nerviosos, a estos fanáticos articulistas que sólo ven el mal en el ojo ajeno, mientras no ven el peligro con la paja en el propio; que clara parcialidad obsesiva de estos aprendices de brujo, que no ha sabido nunca respetar el sentido democrático de la voluntad popular substanciada en millones de votos, como si a ellos les correspondiera la responsabilidad divina de aleccionarnos y sacarnos de nuestro error de aquellos que votamos y seguiremos votando a “Podemos”. No; no acertamos a comprender el porqué de este apego y este amor infinito e incondicional a un partido enclavado en las más rancia derecha española, y que ha representado el mayor número de corrupciones desde que se allegara la democracia a nuestro país y se promulgara la Constitución de 1978.
Y, a decir verdad, tampoco acertamos a comprender, porque tiene tanta fiabilidad un partido político como el PSOE, donde su gobierno de entonces tuvo claras implicaciones con el grupo criminal de los “GAL”; y, donde su ministro del Interior y su director General fueron procesados, declarados culpables y llevados a prisión, Y, hace tan solo unos días, los dos últimos ex-Presidentes del Gobierno Autónomo de Andalucía del Partido Socialista ha sido procesados por el fraude millonario de los “ERES”.
Y, en cambio, a un partido político cómo “Podemos”, salido del “15 de mayo” -como aquellos muchachos del 68 francés- y de la Universidad española, se le niega el pan y la sal, y se le demoniza como “el gran peligro para España”, si acaso alcanzara en la urnas -recuérdese, en la urnas- un protagonismo en las cámaras de diputados y senadores, refrendadas por el pueblo, único valedor y soberano para dar la mayoría parlamentaria a quien considere oportuno para ello.
¿Acaso, los casos sangrantes e impropios de corrupción de una democracia y relacionados con el PP y el PSOE, no han estado en los titulares de todos los telediarios de las televisiones y los periódicos de este país? ¿Acaso, no nos basta con visitar las hemerotecas para hacernos comprender que no han sido simples sucesos sin apenas relevancia; sino verdaderos contrapuntos a la corrupción generalizada que ha habitado -como verdaderas señas de identidad- en estos dos aristocráticos y señeros partidos de la vida pública española? ¿Acaso, los ciudadanos de este país no estamos preparados, ni tenemos la capacidad intelectual, para barajar en nuestra mentes y en nuestros corazones a quiénes hemos de votar? ¿Acaso, siempre tiene que haber en esta piel de toro, protagonistas del miedo y de sus fobias ancestrales, que impidan que los ciudadanos de una vez por todas, voten a quienes ellos consideren oportuno, sin tener que tener detrás de la oreja el aliento de estos profesionales de la mentira y de la estulticia? ¿Cuándo se acabará en nuestra amada patria, la tensión y el miedo a votar lo que cada uno tenga a bien votar, sin el aviso y la insinuación constante de que cada ida a las urnas es vital para la supervivencia de nuestra joven democracia?
Nada más lejos de la realidad, porque los ciudadanos son perfectamente libres para poner en las urnas la opción política que vaya con sus gustos y su manera determinada de pensar; y, que no es flor de un día, ni de un cartel, ni de un eslogan, ni de una tertulia, ni siquiera de un programa electoral expresado en un folleto informativo entregado en un mitin cualquiera -tantas veces incumplido-, sino sencillamente lo que su experiencia, su conocimiento y, sobretodo sus sentimientos les dictan…
Así, que vamos terminando esta reflexión política, afirmando que ya está bien de salvadores, de mesías, de caudillos levantiscos y de príncipes de la palabra, que como charlatanes de feria, te venden -como en aquella famosa “tómbola del cubo” de mi niñez- un voto precioso y único tesoro de cada ciudadano, por un lugar en la Gloria, junto al futuro Presidente de Gobierno, que como todos los anteriores, tiene abiertas de par en par las grandes empresas eléctricas y de otros sectores significativos, para cuando dejen su arduo trabajo en la Moncloa, y desciendan al valle de la realidad de los ciudadanos que rompen la mañana con el trabajo de cada día…
Y, finalmente, he de decir, que no salgo de mi asombro, que después de cuarenta años de franquismo, donde la derecha franquista gobernó a punta de fusil, y otros tantos de democracia, todavía haya quien intenta asustar a aquellos que de manera libre y en el ejercicio de nuestro libre albedrio, y al resguardo de la Constitución en vigor, elegimos en conciencia votar a “Podemos”; pues, es claro, que este reciente partido salido de las ubres del “15 de mayo”, ni tiene el poder Ejecutivo, ni el legislativo, ni el Judicial, y por no tener, no tiene ni el cuarto poder de la “Prensa”. Así, entonces, porque mienten de manera descarada, cuando apuntan que Podemos aspira a retirar las libertades a los españoles, a introducirse en el “Ejercito”, porque tienen a un antiguo general -uno solo- que cumplió una parte de su vida militar en el “Estado Mayor del Ejército”, entre sus partidarios; y, lo más inverosímil y miserable, que pretenden introducirse en el entramado Judicial, para ejercer un control de esta institución. Pero, con quienes creen que están tratando y con quienes pretender jugar, si es cosa pública y de sobra sabida, que tanto el PP, como el PSOE, ponen a dedo en el estamento del Poder Judicial -tercer poder desde que lo teorizara “Mostequieu”- a quienes son próximos a ellos. Cómo en este país se puede faltar a la verdad, y poner por escrito tamañas falsedades, sin que se les caiga la cara de vergüenza cuando miren de cara a cara a los electores qué, como yo, votamos en nuestra propia reflexión a Podemos…
No; por favor, no nos salven, no se preocupen por los cinco millones de españoles que han votado a Podemos, no nos gustan los salvadores de patrias, que por estas tierras ya hemos sufrido a demasiados. Sólo les pedimos que nos dejen tranquilos votar acorde con nuestros criterios y nuestra manera de interpretar la historia, porque igual que nosotros no damos consejo a nadie, para que no voten al partido del Gobierno en funciones, ni apelamos a su manifiesto casos de corrupción, ni a otros, dejen ustedes de darnos consejos, que ya somos bastante mayores “pa” estos menesteres, y quede Dios en la casa de todos y “ca” uno en la suya…
Y, de la noche del tiempo regresa “El Frente Popular”… Regresa tras pasar ochenta años de aquellas elecciones que fueron hurtadas al pueblo por el “poder económico” a través de los militares sublevados -no todos, muchos permanecieron leales a la Republica y al Pueblo, como juraron en su dignidad a la Constitución de 1931-, que fueron utilizados para su propio beneficio e instrumentándolos con falsa propaganda -tal como ahora se hace- de que la España caótica y sin orden se dirigía a los abismos. Era la hora anunciada por arcángeles celestiales para la sublevación y atar a todo un pueblo al yugo miserable de aquellos que todo lo tienen y aún desean tener más. Es lo de siempre, a saber: “El poder miserable del dinero que todo lo puede y corrompe y es capaz, incluso, de atar a los más puros sentimientos que salen exultantes de nuestros corazones -yo diría-, que salen desde la propia identidad del alma del pueblo, de la patria, porque aquellos que votamos a “Podemos” también tenemos patria, la patria a la que hemos llamado España. La Historia -con mayúscula- es como la marea, que viene y se va, de tal modo que de nada ha servido tratar de evitar lo inevitable, pues ochenta años después, ahí, frente a los recuerdos de aquella nueva España que surgía llena de esperanza en la justica y la libertad, hoy nos llega, pasados tantos años, el rumor de sus olas que siempre estuvieron ahí, bañando eternamente nuestras orillas de sentirnos hombre libres y, naturalmente, españoles…
El Frente Popular fue una coalición electoral creada en enero de 1936 por los principales partidos de izquierda españoles. El 16 de febrero, consiguió ganar las últimas elecciones durante la Segunda República antes del golpe de Estado que produciría la Guerra. El Frente Popular no se presentó en Cataluña, en donde una coalición equivalente llamada Front d'Esquerres, nucleada en torno a Esquerra Republicana de Catalunya, tomó su lugar. En Valencia también tomó el nombre de Front d'Esquerres.
El Frente Popular no formó grupo parlamentario sino que se articuló en diversas minorías parlamentarias correspondientes a cada uno de sus integrantes, ni formó gobierno como tal, ya que este estuvo compuesto, hasta bien entrada la Guerra Civil, únicamente por partidos republicanos, bajo la presidencia, sucesivamente, de Manuel Azaña (que dejó la presidencia del Consejo para hacerse cargo de la Presidencia de la República en mayo de 1936), Santiago Casares Quiroga y José Giral. Con la constitución del primer gobierno de Largo Caballero, y hasta el final de la Guerra, los gobiernos de la República estuvieron integrados por representantes de los principales partidos del Frente Popular y del Front d'Esquerres, así como, en diversos periodos, de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), y del Partido Nacionalista Vasco (PNV).
Los resultados de las elecciones presentados el día 20 de febrero, fueron: Censo de 13.553.710 electores. Votantes: 9.864.783 (72,9% de participación).
Frente Popular: 4.654.116 (47,1%). Frente Nacional Contrarrevolucionario: 4.503.505 (45,6%). Centro: 400.901 (5,3%).Los escaños se repartirían de la siguiente forma:
Por parte del Frente Popular: PSOE:99; I.R.: 87; U.R.: 38;ERC: 22; PCE:17;AC: 5; USC:4; PG:3; PNdER; 2;UR:2; PRDF:2; RII:2; PCP:1; EV:1;POUM:1;Ps:1; PSI:1.
Frente Nacional Contrarrevolucionarios: CEDA: 88;Ct:15; RE:13;PA:11; ID:10; PConservador:2; MI:2; PNE:1; PCatólico:1.
Por parte de los partidos de Centro. PCD: 21; PLC:12: PR:5; PRP:6; PNV:5; PRLD:1.
De los resultados de estas elecciones, tanto el Partido Comunista (17 diputados), como la Falange (no alcanzó ningún escaño, si quiera el de Cádiz de su fundador, José Antonio Primo de Rivera, que sólo obtuvieron 45.000 votos), no cabría suponer, la relevancia que tendrían durante el transcurso de la guerra que estaba a punto de estallar.