A pesar de que el cardenal Cañizares lo niegue, a pesar de que la propaganda gubernamental lo oculte en vídeos y comparecencias públicas, la pobreza sigue creciendo en España. Así lo constata el último informe de la Red europea de lucha contra la pobreza en el que leemos que el porcentaje de españoles en riesgo de pobreza y exclusión social, lejos de menguar, se incrementó dos puntos el año pasado: casi 13.700.000
personas, la cifra más alta desde que esta organización mide la pobreza en nuestro país. Después están quienes, sencillamente, viven en situación de extrema pobreza: 3,2 millones de ciudadanos.
El informe contiene además otros dos datos inquietantes. La pobreza se ceba y aumenta, hipotecando su futuro, entre los niños menores de 16 años, la población más vulnerable, y crece también entre quienes, a pesar de tener un trabajo, no consiguen eludir el riesgo de pobreza y se asoman al balcón de la exclusión porque perciben salarios indignos permitidos por un marco laboral indigno. Pero lo más inquietante del informe es que la brecha de la desigualdad crece sin cesar. El 10% de los ciudadanos más ricos acumula ingresos semejantes a los de la mitad de la población española. No estamos, pues, ante la radiografía de un país empobrecido por una crisis brutal. Estamos ante la imagen de un reparto criminal de la riqueza, que engorda a unos a costa de extenuar a otros.
No es extraño que mientras se exhiben cifras macroeconómicas positivas, los ciudadanos consideren que el paro y la situación económica son dos de los tres principales problemas de nuestro país, según la última encuesta del CIS. El otro, la corrupción, que ha enriquecido a unos pocos que han robado de las arcas del Estado que alimentamos todos.
Aún recordamos cuando en 2008, en los albores de la crisis, el presidente francés Nicolás Sarkozy pidió a los líderes mundiales "refundar el capitalismo".
Pues bien, un informe de Credit Suisse conocido esta semana certifica que el 1% de la población mundial acumula tanta riqueza como el resto del mundo. Desde luego o han fracasado en el intento o es que el capitalismo es esto, una brutal estafa.