Myriam me dijo que por esos días conmemoraban la destrucción del Templo de Jerusalem, (en tiempos del emperador Vespasiano y su hijo Tito), y que son nueve días en los que el pueblo guarda luto por el triste recuerdo. Sabía una anécdota sobre Napoleón, que estando en Acco, (San Juan de Acre), pasó por delante de una sinagoga en la que se oía llorar mucho y fuerte, al tiempo que se oraba.
Preguntó qué ocurría y le dijeron que era porque se había destruido el Templo de Jerusalem. Napoleón exclamó admirado que un pueblo así saldría siempre adelante en todos sus problemas. "Allí fue donde al llegar a Israel, fuimos para una revisión rutinaria y me detectaron tuberculosis severa. Me salvé milagrosamente, y también gracias a unos doctores recién llegados de Europa, y una medicación recién implantada" Yo no quise recordarle que entonces había dejado en Madrid a su pequeña, un ángel que se fue al Cielo, de ojos azules y pelo rubio rizado. Sí se llevó a su bebé a Tierra Santa, cuyos primeros meses los pasó con una familia turca, que se encargó de la crianza del pequeño, mientras ella se recuperaba en el sanatorio de Nahariya. Aquella situación tristísima ya pasó". "En efecto", le dije. "¿Y por qué conformarse y aferrarse a los amores humanos, si tenemos unas riquezas en el Cielo que son desmedidas? ¿Por qué vas a estar triste, si confiando en el Señor que nos lo da todo, podemos ser las personas más felices de la tierra?" Myriam siguió con sus recuerdos. "Luego tuve que ir al Ulpán, donde nos enseñaban el difícil idioma, con el que más tarde iniciaría algunos estudios que me servirían para un puesto de trabajo posterior. No me fue fácil, pues al hablar confundía las terminaciones, mezclando el masculino con el femenino y en casa se reían de mí". Han vuelto a reanudar la amistad su amiga Alegra, que es turca, y ella. "Hablamos en ladino, su idioma natal. Me dice que suba a verla a diario. Me hace preguntas sobre Sagradas Escrituras, y yo utilizo el método socrático, no le doy consejos, revierto la pregunta y la hago pensar. Quiero que recapacite y tome sus propias decisiones. Lo contrario sería para mí endiosamiento o vanagloria, y no quiero actuar así". Se llevó una sorpresa, me cuenta, pues la llamaron de la Tele y le hicieron una entrevista. Al final le preguntaron si era religiosa. "Yo le dije que sí, pero que no me cambié de religión, sino que me hice más judía al comprender mejor mis raíces. En la reunión de la cafetería también me hacen muchas preguntas sobres temas que conducen a una solución, y que nos llevan a las Sagradas Escrituras. Y a Ellas me remito siempre. Y cuando mis hijos me preguntan sobre temas que confluyen en una solución moral o ética, les digo que piensen y mediten en lo más profundo de su corazón". Me admira su entereza, le doy si puedo, fuerzas para seguir y le digo que la considero muy sabia. Esto no es mérito propio, pero sí que se lo ha ganado a pulso, siendo constante y sin desfallecer en circunstancias adversas... Jesús sigue en Aguas Claras, pero ya casi hacen los preparativos para la marcha, pues se avecinan las fiestas en las que todos piensan, con deseo de encontrarse en sus casas junto a los suyos. Aprovecha el Señor para despedirse de todos dándoles una hermosa lección:"Hijos Míos en el Señor, las fiestas de Purificación se aproximan y os mando Yo, Luz del Mundo, que os preparéis con lo indispensable, para que las celebréis con holgura. La primera luz que encenderéis servirá a los demás, pues si vuestra luz no se enciende, no se podrán encender las de otros. Y para que lo que edifiquéis sea perfecto, no podréis olvidar el Decálogo. Recordad en los Macabeos,(1Mac. 4,36-52) que Judas con los suyos después que capturó el Templo y la Ciudad, destruyó los altares y las hornacinas dedicados a los dioses extranjeros, y purificó el Templo de Dios. Después levantó un altar y con un pedernal prendió fuego, ofreció sacrificios, encendió el incienso, las candelas y los panes de la proposición, y luego se postraron todos en tierra, para suplicar al Señor que no les permitiese pecar más, pero si pecaban por ser débiles que el Señor los tratase benigno, por Su infinita Misericordia. Esto sucedía en el mes de Casleu, con abundantes lluvias. Quiero que reflexionéis y veáis el significado de esta historia, que puede relacionarse con vosotros mismos, porque cada palabra de la Historia de Israel,que es el Pueblo Elegido, tiene un significado espiritual concreto. Deseo que comprendáis que la vida es siempre una enseñanza, y la Historia de Israel os enseña para la vida en la tierra y para la vida del Cielo. Volvamos a los Macabeos: "Destruyeron los altares...", es decir, quitaron de en medio los dioses falsos y volvieron al Dios Verdadero. Quitaron el oro, el orgullo, los vicios que pudren el alma y el cuerpo, por lo que Dios castiga. En todo lo que os enseñé no os he oprimido con fórmulas que sean un obstáculo a la Verdadera Ley. Hoy existen montañas de prohibiciones externas que hacen perder de vista la Voz clara y santa del Señor. No blasfemarás ni cometerás idolatría. No profanarás las fiestas. No faltarás al respeto a los padres. No matarás. No cometerás acciones impuras. No hurtarás ni mentirás. No envidiarás las cosas de los demás. No desearás la mujer ajena. Son diez columnas del Templo del alma. Pero el remate de la cúpula de este Templo es:"Ama a tu Dios y ama a tu prójimo". Sin amor todo se derrumba y se arruina. Haced lo que os digo. No seáis rebeldes ni hipócritas. El Decálogo ha de ser el espejo donde os miréis para ser buenos. Os recuerdo que después que se erigió el becerro de oro, vino la ira de Dios contra Su Pueblo. Después de la idolatría de Salomón, vino el Cisma que dividió y debilitó a Israel; después del helenismo aceptado e introducido por judíos indignos, bajo el mando de Antioco Epifanes, vinieron nuestras actuales desventuras espirituales, de fortuna y de nacionalidad. Recordad también que Nadab y Abihú hijos de Aarón, del Levítico 10, siervos falsos de Dios, fueron heridos por Yeové... Os recuerdo que no era santo el manná del sábado, y os recuerdo además a Ammón y Absalón, hijos de David. El primero mató a su hermano Absalón, pero el trono fue para el más pequeño, Salomón. Y el pecado de David contra Urías. Debo seguir recordándoos el fin vergonzoso de los dos falsos líderes que habían testificado contra Susanna. Ella se había casado con Joaquín, un hombre rico de Babilonia. Era muy bella y estaba educada en la Ley de Moisés. Tenían un hermoso jardín con piscinas. Estos dos ancianos jueces que iban a la casa de Joaquín, vieron a Susanna pasear por los jardines y desearon apasionadamente a la joven, hasta perder la cabeza por ella. Un día, la mujer debido al calor, decidió bañarse en la piscina. Los dos lujuriosos jueces, aprovecharon cuando Susanna estaba a solas para abusar de ella. Al no ceder, decidieron culparla de adulterio e inventaron que la habían visto cometer actos impuros con un joven. Ella no pudo justificarse y la hicieron comparecer ante esos jueces traidores. Llegó con sus padres, hijos y parientes. Todos lloraban... Las calumnias contra ella la condenaron a la muerte, pero el joven Daniel, con su sabiduría, la salvó. Y podría seguir con más ejemplos. Por tanto, para no pecar, el hombre se tiene que purificar con arrepentimiento humilde y sincero, pues todo lo perdona Dios, si uno se arrepiente. Y sigue la historia de los Macabeos: "Erigieron otro altar, porque no se puede mezclar a Dios con un ídolo. Hay que escoger. "Y prendieron fuego con piedra y yesca", ¿qué significa? Pues la piedra significa la firme voluntad de ser de Dios. La yesca es el deseo de anular el pecado que nos separa del Corazón de Dios. El fuego que se prende con la yesca es el amor. El hijo que ama a su padre, se arrepiente con lágrimas de haberle hecho daño en otro tiempo. Cuando vosotros estéis preparados con el arrepentimiento, podréis encender el incienso y las luces, y poner los panes para el sábado. Los sacrificios serán agradables a Dios, tanto como las plegarias. Y el altar estará verdaderamente iluminado y enriquecido con el alimento de vuestra entrega diaria, y podréis orar así:"Señor, sé nuestro protector", y Dios será vuestro amigo. Pero no olvidéis que Él, Misericordia Infinita, se adelanta, os perdona y os dice: "venid al Señor". Ya tenéis un Altar nuevo entre vosotros, lleno de Luz y Perdón, que se extiende como aceite, os cura vuestras heridas y os da fuerzas para seguir el Camino recto. Creed en Su Palabra y llorad Conmigo vuestros pecados. Igual que el levita dirige el coro, así Yo dirijo vuestras voces hasta Dios y vuestro llanto no lo rechazará Dios, si va unido a Mi Voz. Soy Vuestro hermano según la carne, y Me aniquilo con vosotros. También soy Hijo del Padre en el Espíritu, y digo con vosotros desde lo más profundo:"Clamo a Ti, Señor. Escucha Mi voz... Y no cierres Tus oídos a Mis palabras... No mires Mis culpas, porque de otro modo, oh Señor, no podré resistir anteTí. Ten Misericordia de Mí. Yo creo en Tu Palabra. Mi alma confía en Ti, en Tu Promesa, y desde el amanecer hasta la noche, desde la juventud hasta la vejez, esperaré en Ti". David fue desechado por Dios, al ser culpable de homicidio y de adulterio, pero, sin embargo, obtuvo el perdón cuando clamó al Señor:"Ten piedad de mí, por Tu Misericordia infinita, no porque yo lo merezca. Y Borra mi pecado, que no hay agua que lave mi corazón, si no es con las Aguas Profundas de Tu Santa Bondad. Lávame y purifícame de mi inmundicia. No niego haber pecado, confieso mi delito, y me duele haber pecado contra Ti. Eres justo en Tus palabras y temo Tus juicios. Tú me has amado mucho, y has llegado a revelarme Tu Sabiduría, a dármela por Maestra, para comprender los misterios de Tus sublimes Verdades... ¿Debo temerte? No, no tengo miedo. Rocíame con la amargura del dolor y seré purificado. Lávame con el llanto y seré como la nieve de las montañas. Haz que oiga Tu voz, y yo, Tu siervo humillado, me regocijaré. Vuelve Tu Rostro a mis pecados. Tu mirada borrará mis maldades. El corazón que me diste lo arruinó Satanás, y mis propias debilidades. Haz de mí un corazón puro y destruye todo lo malo dentro de mí, para que posea un espíritu recto. Pero no me arrojes de Tu presencia, ni me quites Tu amistad, porque de Ti me viene el gozo de mi alma. Haz que yo diga:"Ved qué bueno es el Señor. Caminad por Sus senderos y seréis benditos como yo, que no soy nada, pero ahora soy hijo de Dios por Su Gracia. Los impíos se convertirán a Ti. Líbrame ¡oh Señor! De la maldad y salva mi alma, y cantaré Tus alabanzas. Tú no quieres el sacrificio de los carneros, sino el holocausto de un corazón humillado, y yo no lo sabía... Porque Tú nos creaste para Ti y quieres que lo recordemos y Te devolvamos lo Tuyo. Sé bueno conmigo y reedifica mi Jerusalem, es decir, un espíritu purificado y perdonado. Y que cada nuevo día sea una hostia santa, consumada sobre Tu Altar, para que ascienda con el olor de mi amor hasta donde tú estás". Jesús termina de pronunciar la oración de David arrepentido, y a continuación comienza Su propio discurso, ante la emoción y éxtasis de los presentes. "¡Venid! Vayamos al Señor, al las aguas saludables, a los pastizales jugosos, a las Tierras de Dios. Olvidad el pasado y sonreíd al porvenir. Levantad vuestra mirada a las estrellas y sacudid el fango. ¡Dios es Luz! . He venido a anunciaros la paz, a anunciaros la Buena Nueva, a curar a los que tienen el corazón roto de dolor, a los esclavos que, recobren la libertad, a los que son prisioneros de Satanás. Ha llegado el año de Gracia. Los que os sentís tristes, no lloréis... Os visto de fiesta para presentaros ante el Señor y le diré:"Aquí tienes las ovejas que me enviaste a buscar. Las junté, las conté y busqué a las dispersas de todas las regiones, y las he preparado, Padre Mío y Santo, para llevarlas a las Cimas de Tu hermosos Montes, donde todo es luz y belleza, junto a los ríos Celestiales... He ido a curar a las heridas y di fuerzas a las débiles. No dejé a ninguna sin atender. Cogí sobre Mis hombros a las que devoraban los lobos y las deposité a Tus pies. Te traigo a una pobre alma perseguida por remordimientos. La empujan oleajes una y otra vez. Ella se rechaza a sí misma. Tú eres un Padre amoroso. Dile "ven", "eres Mía", que ahora tiene miedo y náuseas. Ella ha tenido "amos" asquerosos, no sabe lo que es el Amor Verdadero. Que sepa Contigo lo que es el Amor Celestial, el amor entre Dios y el espíritu humano. Que suba siempre hasta Ti y cante de gozo:"He encontrado lo que buscaba. No deseo otra cosa. En Ti reposo feliz"... "Idos y celebrad la fiesta de la Purificación y la Luz de Dios se encienda sobre vosotros". El Rostro de Jesús resplandece. Sus ojos brillan y emanan dulzura mientras sonríe. La gente no se mueve. Jesús les repite "Idos", y al fin se marchan todos. La mujer del velo se va veloz. Pedro quisiera saber quién es, pero el Maestro no se lo permite, pues debe respetar la intimidad de esta joven. Pedro entonces, siente nostalgia, pues piensa que este año no encenderá las velas en su casa, pero Jesús le anima casi con mimo. "Yo soy siempre la Lámpara encendida. ¿Sabes Pedro que nací el veinticinco de Casleu? Con todas las estrellas del Cielo iluminando Mi Nacimiento. Y no Me hicieron fiesta en Nazaret, sino en Belén, lugar donde nací entre escombros". Simón, tan humilde, se sincera con el Señor:" Yo soy el pobre Simón de Jonás que sólo sé de peces. La barca me enseñó la fatiga y el cansancio. Y no sé hablar,..." Jesús echa un brazo sobre el hombro del discípulo con gran afecto y ternura. "Pedro, Tú serás Mi Piedra. Nada te falta ni te sobra, "navegante eterno de Mi Corazón". Pedro se enternece y pregunta a Jesús si le dará a él un hijo, aunque sea viejo, como los padres del Bautista. El discípulo espera la respuesta del Maestro con cara de súplica. "No Pedro Mío, sino que tendrás millares de hijos en cada nación. ¿Recuerdas cuando te dije "serás pescador de hombres"?" Pedro le contesta al Señor que sería muy dulce tener a un pequeñín en los brazos y que le llamase "papá". Pero Jesús tiene otros planes para Su "Piedra". "Sí, Pedro Mío, tendrás tantos hijos para llevar a la vida Eterna que no los podrás contar. Y sabrás hablar mejor que Gamaliel, no te preocupes". Pedro se sorprende porque piensa que no será nunca capaz:"Harás Tú el milagro, porque a mí me es imposible, no tengo fuerzas". Ambos se ríen como dos buenos amigos. Jesús le comenta que alguien tiró una piedra envuelta en un papel que decía:"para hacer caridad", y dentro había un precioso anillo de oro macizo. "Irás al pueblo y lo venderás. Hay mucha gente que tiene hambre, Pedro". Ambos se separan. Jesús se adentra en el bosque para orar a solas.
BIBLIOGRAFÍA: María Valtorta, Poema del Hombre Dios; Salmo 129 y 5; 1Mac.4, 36-52;Ex.32;3. Reyes,11-15;Ex.6,23y24,1 y9;28,1;Mac.1;2Mac.3;4; Dan.13; 2Mac.4-7; Lev.10,1-7; Núm.3,1-4;...Salmo50;Is.1-3;Ez.34,11-16; Is.65,17;66,22;Apo.21.