Sólo dos cosas son infinitas, el universo y la estupidez humana... y no estoy seguro de lo primero”. Con esta afirmación sentenciaba Albert Einstein la ilimitada estulticia humana, y no me negarán que si en algún lugar sobreabunda más que en otro, es en una reunión de políticos indecentes.
La medida impulsada en el ayuntamiento de Málaga por “Podemos” y secundada por “Ciudadanos”, PSOE e Izquierda Unida, sobre destinar recursos públicos para la “celebración” de “bautizos” y “comuniones civiles” sería una broma de mal gusto, si no fuera porque es una forma de persecución encubierta, que se mofa de lo que los católicos consideramos sagrado, una flagrante violación de la ley que intenta burlarse de las más profundas creencias religiosas, además de una clara malversación de caudales y otros recursos públicos.
Una acción claramente escandalosa y provocadora, que no tiene en cuenta los sentimientos de parte de la población, que ningunea las verdaderas atribuciones del ayuntamiento malagueño, que menosprecia los auténticos problemas municipales de la ciudad, y que evidencia lo que entienden estos partidos por gobernar para todos y manejar recursos públicos.
Desconozco cómo será la “ceremonia” que realizarán en el ayuntamiento, si esta incluye algún ritual con el agua, el pan, o el vino; si se dicen palabras grandilocuentes, o el concejal de turno se pone alba blanca; pero de lo que estoy seguro es que al final de la insultante imitación, entregarán un papel o diploma acreditativo de haber realizado esa solemne bobería.
No pierdan de vista que el ayuntamiento pretende cobrar 82 euros por cada papel de este tipo. Exorbitante cantidad, disparatado concepto, e incierto destino de ese dinero, que dudo vaya para flores, limpieza, luces… sino que acabarán en una cuenta pública que, a tenor de lo visto, pronto cambiará de nombre.
Lo que no acabo de entender bien es esa manía persecutoria contra la Iglesia Católica, y el afán por hacer todo lo posible por parecerse y acercarse a ella. Ya se veía venir con los matrimonios civiles, en los que algunos cónyuges demandan hacerlo con adornos y en salas lo más parecidas a una iglesia. Esta incongruencia sólo se entiende en la complejidad del ser humano. Dar un paso adelante, hacia la barbarie, hacia el precipicio del insulto a los católicos, ha sido fácil para algunos, tan fácil que, incluso en el ayuntamiento de Valencia han llegado a perseguir a los muertos cristianos, ordenando quitar del camposanto todo vestigio de estas creencias. Persiguen hasta a los muertos.
Pero no crean que estos agravios contra la Iglesia son patrimonio exclusivo de los partidos de izquierda, no se pierdan la última entrevista realizada por el diario Las Provincias a quien fuera secretario de comunicación y hoy día portavoz del PP en su dorado retiro en el parlamento europeo, González Pons, donde maltrata a la Iglesia Católica.