Creo que me arriesgaría a decir que no eran pocos los que pensaban que la polémica surgida entre Valentino Rossi y Marc Márquez formaba partedel espectáculo de esta temporada y que, por lo tanto, expiraría junto a la carrera de Cheste, la última del campeonato de Moto GP. Nada más lejos de la realidad.
Jorge Lorenzo se llevó la carrera por delante de Marc Márquez y Dani Pedrosa respectivamente, quienes presionaron al balear pero no llegaron a plantear ataques que hicieran temer su posición a aquel pese a que su ritmo se lo hubiera permitido, sobre todo a Márquez. En la cola, Valentino Rossi no tardó en remontar posiciones con suma facilidad gracias a la laxa intensidad de sus adversarios, en especial de los italianos. La prueba concluyó con la victoria de Lorenzo y, por extensión, de su tercer campeonato mundial de Moto GP, el quinto si añadimos los dos de 250cc. Con la derrota aún caliente, Rossi comenzó a despotricar contra Márquez y su pasividad a la hora de enfrentarse Jorge Lorenzo una vez más. Para el italiano, era una nueva demostración de que Márquez estaba muy interesado en que Lorenzo no perdiera la cabeza y consiguiera así el campeonato en detrimento del fenómeno de Tavullia.
La idea de Rossi es bastante razonable después de haber visto la carrera, incluso personalmente la puedo compartir. No obstante, de la misma manera que Valentino planteó la supuesta apatía de Márquez, también podría haber comentado la indolencia de todos aquellos corredores que hicieron posible que remontara hasta alcanzar la cuarta posición, ya que, de otra forma, lo hubiera tenido harto complicado.
Es muy posible que Marc e incluso Dani pudieran haber dado más de sí, fundamentalmente en la última parte de la carrera, cuando Jorge comenzó a tener algunos problemas en su flamante Yamaha, pero no había un motivo de peso para forzar la máquina y arriesgar un resultado que era muy bueno. Un puesto mejor en Cheste por encima del que ya sostenían no solucionaba absolutamente nada ni a Marc, ni a Dani, ya que la clasificación estaba más que sellada para ellos. Evidentemente a nadie le amarga un dulce. El sabor de una victoria para concluir el campeonato siempre es una recompensa más que atractiva, sin embargo, ello podía afectar grave e innecesariamente a un compatriota que se estaba jugando la corona. No tenía sentido alguno. Igual que critiqué el comportamiento de Marc con Rossi a pesar de que el reglamento no contempla castigo alguno para dichas actitudes, en esta ocasión pienso que lo hecho tanto por Marc como por Dani en Cheste se ajusta perfectamente a esos códigos no escritos que los deportistas han de respetar. Desde mi punto de vista no hay nada que reprocharles al respecto.
El mismo argumento esgrimido para defender las actuaciones de Márquez y Pedrosa lo utilizo, por supuesto, para defender a todos aquellos corredores que permitieron progresar con facilidad a Valentino Rossi, lo contrario no habría tenido razón de ser a menos que alguno de ellos se hubiera jugado un objetivo realmente importante en el campeonato. No fue este el caso. Lamentando tener que decir esto, creo que Valentino Rossi esta vez ha errado de principio a fin. Se ha equivocado por completo en el contenido, en las formas y en el momento. ‘Il Dottore’ nunca ha sabido encajar con demasiada deportividad las derrotas, pero en este caso la demostración ha sido flagrante. Una crítica parecida merece, en mi opinión, Andrea Iannone por su enfático reproche a Marc en relación a su supuesto favor a Lorenzo en Valencia. Y lo dice Iannone, el mismo que expresó sin pudor alguno en medio de la polémica entre Rossi y Marc que si tenía que ayudar a Rossi lo haría. Algunas veces no está de más pensar lo que uno está dispuesto a decir.