Miscelánea

Conmocionados todavía por los viles asesinatos cometidos en París de más de 130 personas ( y aún hay 99 heridos muy graves), en este primer apartado del artículo quiero solidarizarme con todo el pueblo francés y todas las personas que han perdido algún ser querido, porque hoy más que nunca TODOS SOMOS PARÍS, pero mucho más que en 2001 fuimos Nueva York o en 2004 fuimos Madrid, hoy la cruda realidad no deja a esos "Lennon" de pacotilla seguir escondidos en su falso pacifismo, porque ya no son ataques aislados de cédulas independientes, ahora son ataques organizados por el DAESH,  grupo armado y financiado (hay que acabar en primer lugar con esas fuentes de ingresos) que domina un vasto territorio desde el que ha declarado la guerra a la civilización occidental.  
El pasado día dieciséis asesinaron, como otras tantas veces, a seres inocentes, la mayoría jóvenes, y mañana podremos ser tú o yo. Ya no hay lugar seguro, ni tu casa, ni tu trabajo, ni un medio de transporte sea de la bandera que sea (valga como ejemplo el avión ruso atacado recientemente), o tu bar preferido.
Nos están atacando y sólo hay dos formas de actuar: defendernos o agachar la cabeza y sucumbir. No es tiempo de Imagine es tiempo de la Marsellesa - ironía del destino con sus estrofas tan antiguas y tan actuales: "En marcha, hijos de la Patria,/ ha llegado el día de gloria!/ Contra nosotros, la tiranía alza/su sangriento pendón. (bis)/...Vienen hasta vosotros a degollar/a vuestros hijos y vuestras esposas!". ¡Qué envidia oír a todos los franceses en la calle o en la Asamblea Nacional cantar al unísono su himno nacional!. En otros países desde la infancia, en la escuela y la casa, se enseña a respetar los símbolos nacionales, en cambio aquí el himno o la bandera son vituperados por algunos y no están en la cárcel. (Si hasta para guardar un minuto de silencio no somos capaces de ponernos de acuerdo. !Qué vergüenza ver a los de Podemos (Ganemos en Córdoba), con el apoyo o pasividad del PSOE (que sigue noqueado y no encuentra su sitio) situar a las víctimas en el mismo plano que a los verdugos en el minuto de silencio a las puertas del Ayuntamiento de Córdoba!
Por desgracia es tiempo de halcones, no de palomas. Se acabo la alianza de civilizaciones, no más pensamiento Alicia que nos conduce al silencio de los corderos, porque esos asesinos, brazos armados de mullas y otros ideólogos del rencor quieren acabar con nuestra civilización. Ahora es el momento de perseguirlos allá donde estén en legítima defensa, porque nos han declarado la guerra a todos los que no pensamos como ellos, tenemos distinta religión o tenemos como valores supremos la igualdad, la libertad, la democracia, en una palabra, defendemos los derechos humanos, cuyo primer derecho es el derecho a la vida desde el nasciturus hasta el final de nuestra vida.
Empezar tranquilizando a todos aquellos que piden mi modesta opinión sobre el desafío separatista, diciéndoles que  Cataluña no se va a separar, va a seguir siendo España. Los españoles nos hemos dotado de medios legales suficientes para impedirlo.  
Otra cosa es el triste espectáculo que estamos dando y el daño producido entre los mismos catalanes que va a costar mucho cicatrizarlo. La deriva que han planteado Artur Mas, un ególatra que ha dejado su partido  Convergencia, y con ello a sus votantes, en manos de un partido antisistema y anarquista como es la CUP, ironía de una ley electoral que permite a un partido con sólo diez escaños ser el líder y dinamizador de este pulso secesionista.
Este gobierno de Mariano Rajoy ha sido el más reformista de cuantos ha tenido nuestra joven democracia, y por ello, los diputados y senadores hemos aprobado leyes que han venido a reforzar la defensa de nuestro sistema constitucional como: a) la Reforma de Código Penal por L.O. 1/2015, de 30 de marzo, clarificando las conductas de sedición y agravando sus penas, y, b) la Ley Orgánica 15/2015, de 16 de octubre, de reforma de la Ley Orgánica 2/1979, de 3 de octubre, del Tribunal Constitucional, para la ejecución de las resoluciones del Tribunal Constitucional como garantía del Estado de Derecho ha dotado a este Alto Tribunal de poder para frenar cualquier intento secesionista.
Por eso a aquellos que piden proporcionalidad y dialogo, decirles que sí, pero dentro de la ley, sin que ello signifique borrón y cuenta nueva cuando sean derrotados.
Todos los que hayan incumplido la ley tiene que ser condenados por los Tribunales y pagar por sus delitos, igual que  cualquier ciudadano cuando vulnera la ley. Lo contrario sería volver a darles alas, como ha sucedido con los muchos incumplimientos y deslealtad a las sentencias del Tribunal Constitucional, que han permitido la chulería y el pulso que estamos viviendo.
Quiero terminar este artículo, ya como ex-senador, expresando mi agradecimiento  al Ejército y los Cuerpos de Seguridad del Estado (Policía y Guardia Civil) por su acogida y consideración -que entiendo no ha sido a mi persona sino a los ciudadanos que he representado-, a la sociedad ceutí que me ha permitido sentir y vivir el orgullo de ser su senador, y muy especialmente  a los simpatizantes y militantes del Partido Popular porque sin su ayuda no habría tenido el honor de representar a Ceuta en las Cortes Generales, a los que solicito la misma entrega para nuestros candidatos.