Llevamos semanas hablando del Tarajal. La situación cada vez es más caótica. En el fondo, si miramos hacia atrás, nunca ha existido ordenamiento, nunca ha habido control. La clase política, que siempre ha creído que el ciudadano es tonto y lo ha tratado como tal, ha optado por perderse en discursos sin sentido. Así también llevamos años.
La Ciudad y la Delegación del Gobierno deben estar francamente asustadas. Me atrevo a pensar hasta que obsesionadas por lo que pueda pasar en el Tarajal. Lo que hay allí es su responsabilidad. Lo que suceda allí tiene como responsables directos a ambas administraciones, las mismas que llevan años y años sin saber cómo controlar el polígono, perdiéndose en promesas que ni ellos mismos han sido capaces de controlar y cumplir.
La hemeroteca es sabia, aunque algunos no tenemos siquiera que acudir a los papeles para recordar los compromisos más o menos recientes que nunca se cumplieron y que fueron anunciados como la solución definitiva a lo que sucede en las naves y en su entorno.
Hace casi diez años que la Ciudad compareció con todas sus galas para anunciar un plan extraordinario de regularización en las naves. Era la época de los titulares necesarios porque el caos en el polígono era absoluto. ¿Saben que hicieron? Nuestros políticos mandaron a la UIR un par de días, clausuraron cuatro naves y vendieron una hilera de notas de prensa. Punto y final. En la misma época la Delegación del Gobierno se sumó al carro. Las imágenes que se publicaban de miles de porteadores cargados de bultos enormes, de consignas ilegales, de comercio sin control eran tan graves que tenían que ‘vender’ gestión. Así que al igual que la Ciudad, la plaza de los Reyes montó su propio espectáculo, orquestando operaciones políticas y ordenando a la Guardia Civil que empezara a cerrar naves y llevarse detenidos a porteadores, empresarios y todo lo que oliera a consigna y tráfico ilegal. La llamaron ‘Operación Pacota’. ¿Saben qué pasó? Nada, quedó archivada, pero se vendieron unos cuantos titulares en prensa sobre la implicación de la plaza de los Reyes en el caos infernal del Tarajal.
Hoy la situación nada ha cambiado. Seguimos teniendo miles de porteadores como antes, bultos exagerados como siempre y consignas a modo de pisos-patera en donde duermen personas, en donde pueden ocurrir tragedias. Nada ha cambiado, que no nos vendan sorpresas ni comparezcan nuestros mandamases con rostro de preocupación intentando ‘vendernos la burra’ presentando el problema del Tarajal como algo nuevo, algo que ha nacido... Mentira. El problema del Tarajal es algo que se les ha ido de las manos porque las administraciones no han trabajado como debieran, porque les ha interesado la economía sobre la seguridad, porque han estado años y años prometiendo regularizaciones que no han llegado, porque nos quieren presentar lo que ocurre día tras día como algo que ha nacido de la nada para eludir responsabilidades. El tiempo perdido no se recupera pero sí la dignidad que debe ir alejada del engaño. ¿A qué están jugando?