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Jesús en Belén Casa del campesino y Gruta

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Le  comentaba a Myriam que actualmente escasean los peregrinos a Tierra Santa, según había leído en una revista especializada, a consecuencia de la inestabilidad política de la región, así que muchas veces los franciscanos tienen que hacer misas ellos solos, para que no les quiten sus posiciones en el Santo Sepulcro.

Piden que no les olvidemos, que vayamos a visitar los Lugares Sagrados, que el Estado de Israel cuida perfectamente que no ocurra nada en aquel Recinto Histórico. Le dije que todos deberíamos contribuir a sus peticiones. Hay que acompañarlos y confortarlos para que puedan seguir en su dura tarea de Custodios…De Jerusalem a Belén no hay  mucha distancia, y en la actualidad, la carretera es fácil de transitar, pero en la época de Jesús de Nazaret, el camino era de difícil acceso, entre cuestas empinadas y piedras, que dificultaban el caminar, ya que Belén se encuentra entre montes. Va andando Jesús con Sus tres discípulos: Juan, Simón y Judas. Van entre olivares que aún tienen las aceitunas pequeñas, pues hasta que no pase el estío y empiecen a llegar los fríos, no será la época de recogida. El camino es intrincado, hay muchos vericuetos y recovecos, por lo que deben ir en fila de uno. Se ven casitas diseminadas entre los montes, que van conformando poco a poco a la ciudad. Se ve una construcción con una cúpula, aunque parece abandonada. “Es el sepulcro de Raquel”, dice el Señor. Tiene forma cúbica, propio de la arquitectura empleada para las estancias mortuorias de aquella época. Judas piensa que ya van a dirigirse a la ciudad. “No, Judas. Primero os enseñaré algo que debéis conocer. Luego, ya anochecido, hablaremos a la gente del pueblo”. Este discípulo, como es su costumbre, protesta por cualquier cosa, mientras que Jesús, mansamente, lo apacigua dándole todo tipo de explicaciones. Cerca se ve un pozo. Se dirigen a él, y mientras beben, se acerca una mujer a sacar agua. Jesús pregunta a la mujer si es de Belén y ella le responde que sí, aunque como agricultores, ahora les toca estar en el campo. Tienen huertos con frutales variados. “¿Eres galileo?” Jesús le responde que sí, que nació en Belén, pero que vive en Nazaret. Se dice que los de Belén fueron perseguidos y tuvieron que dispersarse entre distintas localidades, y esto ocurrió desde la persecución de Herodes. “Aquel que era llamado El Salvador, nació aquí. Y por culpa de aquellos “borrachos” de cerveza, el pueblo tomó a tres miserables por los más santos de la tierra. Dijeron haber visto ángeles por las nubes, que oyeron voces del Cielo, pero eran balidos y rebuznos del ganado que cuidaban”.  Jesús le reprende por su forma de maldecir con tanto odio. Ella siente curiosidad por saber a quienes van a visitar. El Maestro le explica que desde hace muchos años no visitaba la ciudad y que desea saber cómo están unos conocidos, si están vivos y si les va bien. “Dejamos la ciudad cuando Yo tenía unos meses”. La mujer supone que no les pilló la gran desgracia, y les invita a alojarse en su humilde casa, para que compartan con ellos los escasos alimentos que tienen. “Os daré alojo hasta mañana. Tengo una casita muy pequeña, pero hay un pajar con heno donde descansar”. “El Señor de Israel sea generoso contigo, por tu hospitalidad”. Ella le dice que los peregrinos traen siempre bendiciones, que ellos necesitan, y les comenta que todavía tiene que echar varios cántaros de agua a las verduras recién nacidas. Rápidamente se dispone Jesús a ayudarle, a pesar de que ella ha dicho que no, que Él era un Señor y no tenía que sacar agua del pozo. Los discípulos imitan al Maestro, pues el trabajo de esta pobre campesina era muy duro. “Dios os bendiga, yo tengo los riñones destrozados”. Ya está listo un trabajo, que hubiera costado unas cuantas horas. Y Judas vuelve a sus quejas; ahora dice que la mujer estuvo maldiciendo a todos los acontecimientos, que ocurrieron cuando la llegada del Mesías, incluido los Magos, que vinieron de lejos, porque querían adorar al Mesías. Jesús explica a Judas que Él ha venido al mundo para prueba y contradicción de muchos. “¿Le dijiste quién soy Yo?”. Judas responde que no. No se atrevió por las repercusiones negativas que hubiera podido provocar. Jesús piensa que es correcto no haber anunciado aún en Belén quién era Él. Ya se diría en su momento. Se acercan a la mujer que los conduce a la casita. El marido está en la cocina y Jesús lo saluda:”La paz sea en esta casa”. El marido le devuelve la bendición para todos y les saca agua en una jarra, para que se aseen y refresquen. En una pequeña salita se sientan todos a la mesa. El hombre agradece la ayuda prestada a su esposa, y se justifica y excusa por tener una idea equivocada de los galileos, como gente vulgar que busca camorra. “Somos gente honrada y buena. Venimos de Jerusalem. Estos dos son judíos y nosotros dos somos de Galilea. Aunque los buenos y los malos se encuentran en todas partes”. La mujer trae comida: pan, verduras cocidas, aceitunas y queso. Ella se excusa de no poderle ofrecer otra cosa, pues los campesinos no son gente pudiente. “Yo tampoco poseo riquezas, sólo soy  carpintero”. Con Sus exquisitos modales parece un señor. El matrimonio habla sobre la desgracia que recayó en algunas familias betlemitas, que sufrieron la matanza de Herodes. “Nosotros huimos de Belén cuando Yo tenía unos meses”. “Sí, muchos se dispersaron y no sabemos si murieron por el desierto o en las cárceles, considerados rebeldes. Sin embargo, viven los pastores que estaban borrachos el día del Nacimiento. Los soldados mataron a los niños pequeñitos, y en su furia, mataron también a niñitas, como los arqueros matan a las pequeñas gacelas. Por culpa de los pastores, que decían haber visto ángeles y oído canciones. Nos dijeron: ”¡Venid a adorar al Mesías que ha nacido!”  ¿Cómo pudimos creerlos? ¡En una cueva! Y a una pobre galilea la creímos “La Virgen”. Hubo regalos para Ellos, adoramos al Niño, les abrimos las puertas de casa para alojarlos…Mucha gente lo perdió todo y sus casas se las quemaron. Luego vinieron tres brujos a adorarle. El arquisinagogo dijo que en Él se cumplían las profecías, así que lo mataron. Culpa nuestra por creerlo, y es que llevábamos siglos de espera. Habían venido antes falsos mesías, pero fuimos tontos”. Jesús les advierte que la maldición no está permitida en el Mandamiento del amor. Les pide que recapaciten y no piensen sólo que todo está basado en la mentira. El hombre replica que no se habían cumplido los años de la Profecía. “¿No podría haber hecho el Altísimo, que ama tanto a Su Pueblo, anticipar la Venida del Salvador? Y si los Magos vinieron de Oriente, es porque habían hecho los cálculos sobre la Nueva Estrella.
“Una Estrella nacerá de Jacob y una vara se alzará de Israel”. Ya sabéis es el gran Patriarca que vivió en Belén y aquí murió  su amada esposa Raquel. Recordad que se dijo:”Brotará un Retoño de la raíz de Jesé y saldrá una flor de esta raíz”. El padre de David, Isaí, nació en Belén. ¿Y no es acaso la “Virgen”, que dará a luz a un Niño, sin intervención de hombre? El Niño sería el Enmanuel, e Hijo de Dios. Será anunciado a los pueblos que estaban en tinieblas, con una “Luz Grande”, como la Estrella que vieron los Magos. También la matanza de Herodes entra en las Profecías: “Se ha oído un lamento allá arriba…Es Raquel, que llora a sus hijos”. Lágrimas, que luego se cambiarían en sonrisa celestial”…
Los campesinos no salen de su asombro al oír al Maestro. “¿Eres acaso Rabbí?”-“¡Sí, lo soy!” Ellos creen de inmediato, aunque las heridas están aún manando sangre. No obstante, el hombre piensa que el Mesías murió con la Matanza. Jesús quiere saber donde viven Leví y Elías, así que el hombre desconfía. “Ellos trabajan ahora para un rico herodiano de Jerusalem. Se encuentran con los ganados por los montes de Hebrón. No los hemos matado por temor al herodiano”. “No los odiéis”, dice Jesús. Pero el campesino cree que hicieron mucho daño. “Perdona en nombre de Dios, cuando haya caído el odio de vuestros corazones, veréis al Mesías. Él vive. La culpa fue de Satanás. El Mesías ha nacido; ha venido a traer la Luz a la tierra de Sus padres. Ha abierto al mundo el torrente de Gracias Eternas”. El hombre se enfurece, dice que el Mesías trajo la desgracia a Belén. Entonces Judas le amenaza con violencia:”Mis amigos ricos pueden acabar contigo”. El hombre los echa, que no vuelvan más, que son unos malditos…”¡Vámonos, Judas! Dios no entra donde hay ira. ¡Vámonos!”. Dice Jesús que a lo largo del camino habrá muchos violentos. La pobre mujer había permanecido callada, sin atreverse a replicar a su marido. Pide perdón a Jesús por la violencia y Le da unos huevos frescos. “No tengo otra cosa, Señor”… “Y Judas, no he venido a destruir, sino a crear”. Simón desea evitar tensiones, por lo que pregunta hacia donde se dirigen. “¡Vamos!”, dice el Maestro. Una vez más Judas se enfada:”Tú decías que no habías vuelto a este sitio, ¿cómo lo conoces tan bien? Sin embargo, Juan llora de pena al ver que su Maestro no es amado por todos. Y Jesús le recuerda:”Él era la Luz que vino a brillar en las estrellas, pero las tinieblas no lo comprendieron. Vino al mundo que Él había hecho, pero el mundo no lo conoció. Vino a Su Ciudad, a Su Casa, y los Suyos no lo recibieron”. Juan piensa que los galileos son más humildes, pero Jesús le corrige; no todos son buenos. Después coge aparte a Judas y le da la bolsa del dinero, que pague los gastos que surjan. “Hemos llegado al fin, al lugar donde nació el Rey de Israel”. A Judas le repugna el Lugar. Hay murciélagos revoloteando, y excrementos en el suelo. “Estas lagartijas de color esmeralda y esas telarañas, acompañaron Mi Cuna Real. Y Mi Madre, santificó este Lugar, Ella dio a luz sin intervención humana. Judas, Dios quiera que a tu corazón llegue la pureza que Ella derramó en este Lugar”. Al discípulo le vence la emoción: ”¡Misericordia Señor, Maestro bueno! ¡Piedad de mí, Dios mío!”. Jesús los invita a sentarse, para escuchar el relato del Nacimiento. Todos están absortos. Al final, muertos de sueño  y cansancio, se quedan dormidos.
Bibliografía;: Poema del Hombre Dios, María Valtorta. Gén28,10-17;49,10_Mat2,16-18_Isa7,14_Hech5,36-37-Dan9,20-27_Núm24,17_Gén35,16-20_Jer31,15_Is11,1_Ju1,4-5 y 9-11


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