La ciudadanía es capaz de sacar adelante proyectos solidarios que cubren los vacíos dejados por las instituciones. Hoy les contamos la labor que desempeña una peluquería ubicada en Parques de Ceuta, en la que hay cortes que se destinan a la creación de pelucas para enfermos de cáncer.
Una forma de cubrir la necesidad que tienen los afectados, dando así la cobertura necesaria a los que no pueden costeársela. Acciones de este tipo hay muchas. Se basan únicamente en la iniciativa de gente que solo persigue ayudar, que se mueve por la entrega a los demás, sin perseguir subvenciones ni degenerar en lo que, desgraciadamente, han terminado muchas asociaciones. Quizá ahí tengamos el auténtico reto social: en recuperar el espíritu solidario que debiera movernos sin terminar profesionalizando nuestra entrega a los demás. En el momento en el que el altruismo se transforma en el cobro de un cheque a final de mes y en la generación de puestos de trabajo donde antes solo había voluntad, terminamos por hundir nuestros propósitos iniciales.
Muchos de los proyectos sobre los que hemos escrito años atrás han terminado discurriendo por ese torcido camino, hasta el punto de perder su efectividad si faltaba la subvención, con el riesgo de que esto tiene ya que los poderes, sean del color que sean, terminan queriendo controlar hasta el último detalle de los que subvencionan politizando lo que nació como algo puro.
La donación como tal, el hacer las cosas porque sí, la entrega al resto, la ayuda por la ayuda deben marcar un senda social alejada de otros compromisos del puro negocio. Por eso iniciativas como las que hoy les contamos ayudan a seguir manteniendo la confianza.