Ya no se puede sentir más vergüenza… Y, a aquellos que se les llena la boca de España, o de Valencia, o de Andalucía…; sin embargo, ya no saben dónde meter tanta corrupción y tanto despropósito y tanta comisión para llevarse el dinero a espuertas…
Y, mírense en su interior, en sus propios actos, y no hablen tanto de Venezuela, y no hablen tanto de democracia y de romperse España; y, mejor hablen de la corrupción instaladas en de sus propios partidos, para llevarse sin freno el dinero que bien les vendrían al resto de los españoles para pagar las facturas de la casa, la electricidad, o pongamos el gas, la guardería, o el supermercado.
Y, mientras ellos se lo llevan y se llenan los bolsillos a rebosar, los millones de parados esperan un trabajo para sentirse dignos de valerse por sí mismos. Y mientras ellos se lo llevan fácil, los jóvenes tienen que emigrar al extranjero porque en su patria no hay trabajo… Y, mientras ellos se lo llevan a golpe de comisión, a las familias se les arrojan a las calles desahuciadas….
Y, mientras ellos se lo llevan por la cara, los desheredados de este país llamado España, tienen que vivir de la compasión de las ONGs, como Caritas o los Bancos de Alimentos para poder alimentarse, sin que el Gobierno de turno, disponga de una red de comedores estatales promovidos de oficio donde los ciudadanos que se hallen en circunstancias precarias, puedan alimentarse dignamente como un derecho fundamental de nuestra Constitución de 1978*.
No acierto a comprender como estos políticos al pelo, se levantan cada mañana con el código de patriota y demócrata en la mano, azuzándonos de que España es un paraíso, que remite el paro a paso agigantado, y que los ratios macroeconómicos avanzan de manera generalizada para dejarnos un país en plena prosperidad y desarrollo…
Pero se puede ser más cínicos y desvergonzados estos políticos de bagatela, con el espectáculo que dan cada día con su incompetencia y su sobrada inutilidad… Pero qué vergüenza siente uno, cuando se les ve asustados por la informalidad en los ademanes y el vestir de los muchachos de “Podemos”… Todo el día arremetiendo contra ellos porque dicen que van a romper España y la van llevar a la ruina… Pero no creemos que hayan sido estos muchachos los causantes de los cuatro millones de parados, de los miles desahucios de familias de sus viviendas, de la corrupción a raudales que hasta ya da nauseas, y del desfile continuos de jóvenes al extranjero buscando trabajo… No; no parece que sean los de “Podemos” -que acaban de llegar- los causantes de los males que acechan a nuestro país detrás de cada esquina. Y, sin embargo, ahí están esta gente de corbata y chaqueta a juego, y con la chequera repleta de comisiones, que no paran de descalificarlos de anti-sistemas, como si los verdaderos anti-sistemas no fueran estos políticos al uso con sus retrógradas y anticuadas políticas, que en nada benefician a una población cada vez más empobrecidas y desligada del mundo inaccesible de los políticos de turnos.
Cada vez los ciudadanos creemos menos en la demagogia y en las palabras vacías de contenidos de estos políticos eternos, verdaderos profesionales de la política, que no saben sino ocupar buenos puestos en consejos de administración que le deparan buenos dividendo -anteriores Presidentes de Gobierno, los señores González y Aznar-, como si no fueran suficientes las altas retribuciones que le han sido concedidas por los presuntos servicios prestados a la nación.
Desde nuestra juventud soñamos -como millones de españoles- con un país donde la libertad y la democracia fueran creciendo y enraizándose en nuestra idiosincrasia de manera definitiva. Sin embargo, no ha sido como esperábamos, y la ilusión se ha ido esfumando en la neblina de los últimos años sin que pudiéramos hacer nada por evitarlo.
La falta de escrúpulos, el enriquecimiento más abyecto sin ningún pudor que les frenara, y la ambición insaciable, ha sido bastante común, en la forma tan característica de disponer del negocio público y en la forma de adjudicar la contratación pública sin que se respetara -dado los casos continuos de corrupción publicados por la prensa- la deseada imparcialidad tan necesaria y obligada para estos casos.
La corrupción sí que es una palabra que puede romper España. La corrupción es una palabra terrible que lo puede comprar y vender todo. Ninguna institución se ha salvado del alcance de esta insoportable palabra. Todos estamos manchado y tocados por el dolor que nos produce esta palabra maldita.
No sólo los partidos políticos -incluido algunos miembros de la casa real- y las instituciones del estado, sino que los españoles -todos-, estamos tocados por la corrupción, porque en nuestra indolencia la hemos permitido mirando hacia otro lado, votando a los partidos que bien sabíamos que se encontraban llenos hasta las trancas.
No; no, España no se rompe porque asomen banderas republicana; o porque se permita un referéndum democrático para que los ciudadanos emitan su opinión en Cataluña u otra autonomía; o, los muchachos de “Podemos” no se pongan corbatas y trajes al uso; o, una diputada lleve a su bebé como forma testimonial y de llamar la atención para revindicar las mejoras de la situación de la mujer; o, porque los maricones puedan decir sin temor en su familia y en el trabajo que son maricones…; o, porque los bancos y entidades financieras a pesar de que no tienen alma, arrojen “in misericorde” a los desahuciados a la calle, mientras el parque de viviendas vacías y deshabitadas se hace cada vez más grande para posteriormente negociar con ellas; o, porque se acojan del mar a refugiados que nada tienen , salvo sus manos a secas para trabajar…
No; España no se rompe por las causas que hemos enumerado y tal vez podríamos enumerar, durante un buen rato, algunas más. España, puede romperse en mil pedazos, porque en nuestra sociedad siga campando a sus anchas la corrupción. De tal modo, que si a los niños desde que van a la escuela, no se les forma en la dignidad de ser hombres libres y honrados, la corrupción acabará con este país y con todos sus ciudadanos…
(*) Artículo 39
1. Los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia.
2. Los poderes públicos aseguran, asimismo, la protección integral de los hijos, iguales éstos ante la ley con independencia de su filiación, y de las madres, cualquiera que sea su estado civil. La ley posibilitará la investigación de la paternidad.
3. Los padres deben prestar asistencia de todo orden a los hijos habidos dentro o fuera del matrimonio, durante su minoría de edad y en los demás casos en que legalmente proceda.
4. Los niños gozarán de la protección prevista en los acuerdos internacionales que velan por sus derechos.
Artículo 40
1. Los poderes públicos promoverán las condiciones favorables para el progreso social y económico y para una distribución de la renta regional y personal más equitativa, en el marco de una política de estabilidad económica. De manera especial realizarán una política orientada al pleno empleo.
2. Asimismo, los poderes públicos fomentarán una política que garantice la formación y readaptación profesionales; velarán por la seguridad e higiene en el trabajo y garantizarán el descanso necesario, mediante la limitación de la jornada laboral, las vacaciones periódicas retribuidas y la promoción de centros adecuados.
Artículo 41
Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo. La asistencia y prestaciones complementarias serán libres.
Artículo 42
El Estado velará especialmente por la salvaguardia de los derechos económicos y sociales de los trabajadores españoles en el extranjero y orientará su política hacia su retorno.
Artículo 43
1. Se reconoce el derecho a la protección de la salud.