Sin duda que ha sido la noticia no ya del día sino de toda la semana. Y como no podía ser menos, el éxito ha estado garantizado. Ceuta se volcó con la carrera 'Cuna de La Legión'.
No solo lo hicieron las más de mil personas participantes y sus familiares directos, sino la ciudadanía que de una u otra manera se dejaba contagiar por la alegría. Veían pasar a los corredores o a los ciclistas y quien más quien menos se paraba para dar ánimos a hombres y mujeres que ni conocían, pero la alegría de ese momento contagiaba a todos. El deporte es así, no se sabe el porqué, pero engancha. Así que una paseaba por la calle y se topaba al abuelo con el nieto de la mano esperando a que pasara algún corredor para darle ánimos, e incluso se formaban los particulares grupos de fans que intentaban dar apoyo a todo aquel que pasara por su lado convirtiéndolo así en pequeño héroe.
Mucho hemos tardado en organizar un acto de esta categoría. Ha habido años perdidos, pero ahora no es el momento de mirar hacia atrás sino de hacer lo contrario, de ser capaces de continuar con este tipo de eventos y organizarlos cada vez mejor, logrando que la participación sea superior y consiguiendo que la ciudad pueda convertirse en un foco de atención por algo positivo.
El estamento militar se lo ha trabajado y, sobre todo La Legión, ha tenido un papel que ha desempeñado a la perfección. Algo que, creo, ha sido agradecido por todos.
Como algo más que nota anecdótica dejo el reportaje que publican hoy mis compañeros de Deportes sobre 'la otra carrera', la que varios militares que están en la base de Kabul quisieron desarrollar estrechando los lazos con la ciudad. Otra competición a distancia física pero no sentimental, otra competición a más de 7.000 kilómetros de distancia pero cercana en el corazón y en sentimiento que pudimos conocer a través de nuestras redes sociales.
Ojalá se encuentre el camino para ser pieza clave e incluso, en parte, referentes en un ámbito deportivo que quedaba cojo, porque faltaba la pata de Ceuta que ahora se ha estrenado por todo lo alto.
Enhorabuena a todos los participantes, a los que también estuvieron apoyando y, mirando para mi Casa, al trabajo de mis compañeros del FARO (papel, fotografía, televisión, redes...). Que no falte porque, sin quizá saberlo, estamos haciendo historia.