El partido de Fatima Hamed denuncia que el Gobierno ha perdido una subvención de seis millones y media de euros para desarrollar un programa de ciudades inteligentes que, entre otras cuestiones, serviría para mejorar tanto las instalaciones como los medios de trabajo del 112, un servicio de especial importancia y sensibilidad para la ciudadanía.
Los datos que ofrece MDyC es, precisamente, que en la página web de la sociedad estatal Red.es, dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, ya viene una resolución que elimina a Ceuta del concurso. Pero, no se la elimina porque otros proyectos hayan sido mejores, sino porque no se han subsanados dos defectos de forma, donde uno de ellos era, desde luego, que se confirmara que Susana Roman era representante de la Ciudad Autónoma de Ceuta.
Pues bien, no me creo que la consejera de Economía, Hacienda y Administración Pública, Susana Román, sea la última responsable, por ser la cabeza visible de su área, de no subsanar dos pequeños detalles y que por esta razón Ceuta pierda una subvención millonaria. Además, estamos hablando de un proyecto que se ha llevado con sigilo por parte del Gobierno hasta extremos insospechados, circunstancia que, desde luego, no es muy habitual en el Ejecutivo del presidente Vivas.
Pero quiero insistir en que con esta denuncia de MDyC se está poniendo en juego la honorabilidad política de la consejera de Hacienda. Como creo que la conozco algo, no me entra en la cabeza que Ceuta pueda perder una subvención de más de seis millones de euros por un fallo en su Consejería. Ni me lo creo, ni me lo creeré nunca, ya que es meticulosa hasta extremos insospechados y no dejar pasar ni un pequeño detalle.
Además, es una política que ha tenido que aguantar situaciones parecidas por parte de un subalterno, cuando llevaba otras responsabilidad y estuvieron a punto de perderse las subvenciones de las ARIs de Santiago Apóstol y de los Rosales, que ahora son ya una realidad. O que se enmarañó más de la cuenta el tema de la antigua Estación de Ferrocarril que, ahora le está costando sangre, sudor y lágrimas el enderezarlo. Como sé que ha padecido en sus propias carnes la incapacidad de ese subalterno, no me creo que alguien intente ahora responsabilizarla de la pérdida de la subvención.
Obligado está el Gobierno a dar la cara por la consejera y si es el presidente Vivas, mejor que mejor, ya que no la pueden dejar a los pies de los caballos, como muchas veces se acostumbra.