En el programa de 'La Voz del Faro' llevamos ya muchos días analizando las consecuencias que para nuestra ciudad puede tener la celebración de una huelga de limpieza durante la Semana Santa.
También he manifestado mi convencimiento de que, de alguna manera, la Ciudad debería haber liderado las reuniones entre patronal y sindicatos para que ambas partes pudieran llegar a un acuerdo que permitiera, en todo caso, desconvocar y luego seguir negociando. Ayer, media hora antes de iniciar la entrevista que tenía en Cope Ceuta con el consejero de Medio Ambiente y Sostenibilidad, expliqué que me costaba mucho trabajo admitir que la Ciudad, de alguna manera, no haya intervenido en todo este proceso. Que me costaba, porque conozco a los políticos de Ceuta y también al presidente y sé que le tiene absoluto pánico a que haya una huelga de limpieza y más si la misma se produce en unos momentos como los que nos vienen, toda una Semana Santa. Ello no significa, por supuesto, que todos esos contactos que se hubieran podido mantener tengan al final éxito o no. También analizaba que, lo mismo, nunca nos enteraríamos si la Ciudad interviene o no interviene, porque son secretos que algunos se pueden guardar.
Hasta ahí el pensamiento que había expresado. Luego vino el consejero de Medio Ambiente y Sostenibilidad a la entrevista y los primeros minutos, como es lógico, estuvieron dedicados a la situación derivada de esa convocatoria de huelga y lo cierto es que le ví muy conciliador, lanzando puentes a los trabajadores, afirmando que hay más puntos de unión que de separación, no entró a valorar en el fondo los servicios mínimos, e incluso dijo que esperaba que al final no se produjeras un paro del servicio de limpieza.
Todo ello, aderezado con que a setenta y dos horas del inicio de la huelga han vuelto a sentarse los trabajadores y la patronal, me lleva al convencimiento de que las negociaciones van por buen camino, que existe más posibilidades de desconvocatoria que hace una semana, pero que todo el camino no está recorrido y que una chispa puede saltar en el momento que uno menos lo espere. Por tanto, entiendo que todo está mejor que ayer.
Y es que, en definitiva, no me gustaría ver salir el próximo sábado por la tarde al Medinaceli de su barrio, del Príncipe Alfonso, rodeado en e sos primeros metros por contenedores llenos de basura hasta límites insospechados. Si esa imagen no se produce, ni se queda en la retina de ninguno de los miles de asistentes, es que todos habrán puesto de su parte para que no haya huelga y tendremos nada más que mirar al cielo y no tendremos otra preocupación.