Hace unas semanas ya escribí una columna acerca del coworking. Un movimiento que se ha convertido en tendencia en muchas ciudades y pueblos de España y que está aportando experiencias, conocimientos y oportunidades muy interesantes a muchos profesionales de diferentes ramas.
El boom del coworking viene ya desde hace cinco o seis años, pero sorprendentemente aún no existe un espacio de este tipo en nuestra ciudad. No se trata de simples oficinas compartidas únicamente para compartir gastos, también debe existir una verdadera comunidad de coworkers que sirva para compartir ideas, colaborar, fomentar un aprendizaje continuo, ampliar tu red de contactos, buscar sinergias y nuevas oportunidades. Se trata de generar un ambiente positivo a la vez que se potencia el conocimiento y la confianza entre todos, este tipo de comunidad es lo que diferencia un espacio de coworking de ser una oficina compartida más.
Aunque el auge de estos espacios haya sido importante en los últimos años el coworking no es una moda pasajera, sino una tendencia que ha venido para quedarse. Sencillamente porque responde a una necesidad para la forma de vivir y trabajar que cada vez más gente tiene en el siglo 21. Muchos profesionales de hoy en día (en especial los autónomos) únicamente necesitan su ordenador conectado a internet, teléfono móvil y libreta para ponerse a trabajar. ¿Es necesario alquilar una oficina entera? Seguramente no, y por eso muchos optan por el teletrabajo desde sus propias casas. Sin embargo, por un precio muy asequible el coworking te permite acceder a la comodidad de una oficina a la vez que ampliar tus conocimientos y tu red de contactos, con lo que incluso podrían surgir nuevas oportunidades.
Al compartir sus experiencias trabajando en un coworking muchos mencionan importantes ventajas. Por ejemplo, teniendo un espacio de trabajo separado de su hogar les resulta más fácil separar vida personal y laboral. Además, suelen ser más productivos ya que al ir a trabajar a un espacio de coworking están más motivados, disciplinados y enfocados en su trabajo que desde sus casas. También valoran el conocer nuevas personas, formar parte de una comunidad abierta de coworkers y tener contacto humano a su alrededor en lugar de trabajar siempre desde casa de forma aislada. A menudo hay pequeñas dudas en las que estamos atascados demasiado tiempo, y puede quedar resuelta sólo con preguntar al coworker adecuado durante la pausa de café. Se trata de una forma de trabajar que a la vez te permite socializar, crecer y aprender continuamente.
Por otro lado también hablan de posibles inconvenientes al trabajar en un espacio de coworking. Para algunos un problema puede ser el ruido, casi inevitable al ser un espacio compartido entre un buen número de personas aunque se promueva moderar el tono de voz. A menudo habrán compañeros hablando ya sea por teléfono o en persona y el ruido de gente tecleando suele ser habitual – pero por otro lado esta situación se asemeja a la de trabajar en cualquier oficina. Para los que les afecte esta situación, la solución puede ser unos cascos (ya sea escuchando música, o incluso sin ella) para aislarse del ruido de vez en cuando. Otra desventaja a tener en cuenta es la menor privacidad, ya que el resto de personas te puede oir cuando hablas por teléfono o video conferencia. Ante esta situación puedes usar una de las salas de reuniones para tener la conversación en privado, programar ciertas llamadas desde tu casa o simplemente salir a la calle para hablar por teléfono.
En definitiva, dependiendo de tus preferencias personales y de si requieres mucho silencio o privacidad en tu trabajo, el coworking puede o no ser adecuado para ti. Sin embargo, yo pienso que las ventajas pesan mucho más que los inconvenientes, y además éstos se pueden sobreponer con relativa facilidad. Los espacios de coworking suelen tener una oferta de paquetes variada en cuanto a horas y precios para amoldarse a las necesidades de cada cliente y ofrecerles una mayor flexibilidad.
Viendo la forma de trabajar en los espacios de coworking uno se da cuenta de que el concepto conlleva un profundo cambio cultural. Muchos nuevos proyectos que nacen ahí no salen de personas del mismo entorno, de la misma familia o de los mismos estudios – suele haber un diverso grupo de personas, con diferentes habilidades e inquietudes. Todo es gracias a los valores de cooperación y confianza que estimula una buena comunidad de coworkers, y que una vez puesto en práctica resulta muy sano. La cooperación es quizás la mayor barrera psicológica a superar: el ver a otra persona que se dedica a lo mismo no como un competidor, sino como alguien con quien compartir conocimientos y desarrollar proyectos de mayor envergadura. La confianza es siempre es un concepto importantísimo en cualquier entorno laboral, que aporta seguridad, tranquilidad y ahorra mucho tiempo y dinero.
Hay muchos aspectos a tener en cuenta antes de abrir un espacio de coworking como son la ubicación, los metros cuadrados, el número de puestos disponibles, las salas de reuniones, las taquillas, etc. Pero por encima de todo lo más importante del coworking es una comunidad de personas que comparta los valores, y para que el espacio sobreviva es importante que sea sostenible desde un principio. Por lo tanto, se ha de crear una comunidad de coworkers de gran calidad mucho antes de tener el espacio.
¿Te ha interesado este artículo? ¿Te gustaría formar parte de un coworking en Ceuta en el futuro? Me encantaría conocer a personas interesadas en este tema así que puedes mandarme un email a: kunalchabaldas@gmail.com.