Hace unos días, el senador de ERC, Miguel Ángel Estradé, causaba revuelo en nuestra ciudad al decir en la Cámara Alta que a Ceuta y Melilla se las ve, en el extranjero, como "vestigios de un pasado colonial en el que se violan los Derechos Humanos". Los y las ceutíes y melillenses sabemos lo que son Ceuta y Melilla. No somos ni hemos sido nunca colonias. El propio senador de Esquerra, al ser informado de la polémica causada, así lo reconocía, argumentando que no se refería a lo que Ceuta y Melilla son, sino a la imagen que de ellas se tiene.
El Partido Popular no ha tardado en intentar sacar rédito político, volviendo a querer situarse como el único garante de la unidad entre españoles y españolas. Nada más lejos de la realidad: si existe una fábrica de independentismo en nuestro país, se llama PP. Y por el contrario, si hay un partido que puede salvaguardar la integridad del territorio, ese es Podemos. No olvidemos que en Cataluña fue un partido no independentista el que ganó las últimas elecciones generales: En Comú Podem.
Lo importante de todo esto no es la posible barbaridad que pueda soltar un senador catalán en el Senado. Lo importante es el fondo de lo que se dijo, aquello de lo que se estaba hablando cuando se dijo lo que se dijo. Se hablaba de política migratoria. En concreto, se discutía acerca de la propuesta presentada por Podemos, y vetada por el Partido Popular, para eliminar de una vez las vergonzosas devoluciones en caliente. O lo que es lo mismo: para respetar los Derechos Humanos en la frontera sur.
El senador por Ceuta, Guillermo Martínez, ha calificado nuestra iniciativa de "peligrosa porque es un incentivo al efecto llamada" y afirma que va "contra los intereses de Ceuta y Melilla". Nosotros nos preguntamos; ¿Peligrosa para quién? ¿Contra los intereses de quién? ¿Cómo puede ser peligroso respetar los Derechos Humanos de quienes huyen de la guerra y la pobreza? ¿Cómo tiene este señor el rostro de hacernos creer que respetar la legalidad internacional va en contra de nuestros intereses y nuestra seguridad? Con declaraciones como la del señor Martínez, el Partido Popular promueve el odio y el miedo: odio y miedo al extranjero, odio y miedo al pobre, odio y miedo al diferente.
Desde Podemos lo tenemos claro: la mejor manera de defender la imagen de nuestra ciudad es respetar la dignidad de las personas. También en las fronteras, interesándonos por el estado de salud y la situación política de todo aquel que pise nuestra tierra, mostrando hospitalidad, comprensión y un trato conforme al Derecho Internacional y la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, dotando de material adecuado y protocolos de actuación a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad (no abandonándoles, recortándoles y usándoles de escudo, como hace el PP) para que puedan ejercer su labor con toda la destreza que requiere.
Mantener las devoluciones en caliente, al igual que mantener las concertinas, no tiene nada que ver con la defensa de España ni con los intereses de Ceuta, y al afirmar lo contrario, el señor Guillermo Martínez nos insulta a quienes vivimos en esta hermosa tierra. Porque no somos salvajes y no queremos que el PP diga que para defender nuestros intereses tenemos que machacar, humillar o abandonar a aquellos que vienen a pedirnos ayuda. Los y las ceutíes somos algo mucho mejor que lo que el Partido Popular se empeña en mostrar y potenciar.