La tierra se abre y los judíos se asombran!”, me comentaba Myriam otro día que yo hablaba por teléfono con ella, desde su casa de Israel. En una carretera de Jerusalén se había visto una mitbet donde se purifican las mujeres, con inscripciones en arameo y hebreo antiguo, en un enorme socavón. Coincidía con otro que se había abierto en Ain Karen(“entre viñedos”), donde vivió Juan el Bautista.
Una casa comprada recientemente, que también ha visto inscripciones antiguas de más de dos mil años, al abrirse la tierra. Al parecer, era otra mitbet. Por eso le dijo a Marco. “yo de aquí no salgo”. Se quedaba para siempre en la Tierra del Señor. De allí salían los buenos vinos para las ofrendas. Yo también quisiera estar por aquellos parajes recordando a Jesús y orando junto a los judíos religiosos. De momento, Felipe ha llegado con Natanel (Bartolomé) ante Jesús, que espera. “He aquí un verdadero israelita en el que no hay engaño. ¡La paz sea contigo, Natanel!”.-“¿Cómo me conoces?”-“Antes de que Felipe hubiese ido a llamarte, yo te había visto bajo la higuera”.-“Maestro, Tú eres el Hijo de Dios. ¡Tú eres el Rey de Israel!”-¿Porque dije que te había visto mientras meditaba Bajo la higuera, crees? Verás cosas mayores que esta. En verdad os digo que los Cielos se abrirán y vosotros por la fe, veréis a los ángeles bajar y subir sobre el Hijo del Hombre. ¡Yo soy quien lo digo!”.-“¡Maestro!, no soy digno de tanta honra”.-Cree en Mí y serás digno del Cielo. ¿Quieres creer?”_”Quiero, Maestro”….Y por fin va llegando la gente al huerto y a la terraza de Pedro para escuchar al Maestro:
“Paz a los hombres de buena voluntad. Paz y bendición a sus casas, a sus mujeres y a sus hijos. La gracia y la luz de Dios deseo que reine en ellos y en los corazones con quienes viven. Sé que deseabais oírme. Os habla la Palabra; con alegría a los honrados, con dolor a los que no son limpios de corazón. Con amor a los puros, con piedad a los pecadores. La Palabra viene como un río que riega tierras sedientas. Queréis saber cómo ser discípulos del Mesías, el Verbo del Padre, que viene a reunir a Su Pueblo Santo, a Israel, que quiere que recordéis el Decálogo de Dios entregado a Moisés en el Sinaí, para que se santifiquen las almas…
Digo a los sordos, ciegos, mudos, leprosos, paralíticos, a los muertos: Levantaos, curaos, resucitad, caminad, que los ciegos vean la luz…Oíd los sonidos los sordos…Y todos podréis hablar de Mí después. Yo hablo a las almas necesitadas de amor. Venid a Mí, no temáis. Si el alma está herida, Yo la curaré; si está enferma, la sanaré. Si está muerta, la resucitaré.. Sed hombres de buena voluntad. No es difícil, No impongo los interminables preceptos de los rabinos….Hay que volver a la Ley como el Altísimo os la entregó. Recibidla con corazón sincero, como los verdaderos israelitas de aquel tiempo… En el Deuteronomio se dijo lo que era necesario hacer, según la Ley de Dios. Sed perfectos amando a Dios, porque si pecáis, le hacéis daño a Él. Amad al prójimo como a vosotros mismos. Quiero que seáis hombres honrados y esposos fieles… Sin violencia, sin envidia, sin mentira. No hagáis a otros lo que no queréis que os hagan. No robaréis. No mataréis, no calumniaréis. Os pido que seáis más perfectos aún: AMAD A VUESTROS ENEMIGOS. Pues el Altísimo manda a Su Hijo, el Cordero de Dios, al Mesías Prometido, como Redentor….Subiréis al Cielo con una escala como Jacob, y seréis ángeles. Yo seré vuestro Protector y os haré fuertes….La paz sea con vosotros”
La gente comprende, está conmovida. Se marcha silenciosa, lentamente. Han quedado con Él Pedro, Andrés, Santiago, Juan, Felipe y Bartolomé. Jesús iba a marcharse al amanecer, a pesar de la tristeza de Pedro, que no quiere ya separarse de su Maestro. Tenía que irse a pescar. “Hiciste bien en no pescar anteanoche. Neemías quiso que en Judá se respetase el sábado. Mucha gente no lo respeta, sino que va y viene haciendo cosas, pero Yo os digo que tenéis seis días para los trabajos. El sábado es el día del Señor; haced sólo el bien a vuestro prójimo, sin lucro, sólo como ayuda…El día dedicado a Dios hace que el corazón se una al Altísimo en una dulce plegaria de amor. Sed fieles en todo”.-_ “Sin embargo, los escribas y doctores de la Ley son muy duros con nosotros. No trabajan en sábado, pero practican la usura y no dan pan al prójimo. ¿Es mala la usura?”, Le pregunta Pedro. “Si se hace usura, no se es honrado. Pero no juzguéis, no miréis sólo el mal”. “¿Vas a Jerusalén, Maestro?”, insiste Pedro. “Nosotros queríamos ir también para la Pascua”.- “Pero a ti te gusta hacer dinero con la pesca. Yo estaré ausente muchos días. Iré a ver a Mi Madre. Luego estaré predicando.”-¡Voy contigo! ¡Te prefiero a Ti y no al dinero!”. Todos se apuntan. Dice Jesús muy contento:”¡Pues bien, Me ayudaréis!” Y Pedro se emociona con las palabras de Jesús. “Rezaremos y luego os marcharéis a casa”. “¿Tú qué harás después, Maestro?” “Oraré más. Soy la Luz del mundo, pero también soy el Hijo del hombre; he venido a redimir al hombre”. Y entonan juntos una musiquilla que les hace estar sólo en espíritu:” Quien descansa en la ayuda del Altísimo, vivirá bajo la protección del Dios del Cielo. Dirá al Señor “Tú eres mi protector, mi refugio y mi Dios, en Él está mi esperanza. Él me libró de la trampa de los cazadores y de las palabras duras…” Los que han quedado, bajan a la cocina para cenar. Hablan tranquilos sobre la pesca. Jesús muestra interés y les hace preguntas..Será porque más tarde haría a Pedro pescador de hombres.
Bibliografía:”Hombre Dios, María Valtorta; Juan1,43-51;Mt 16,23; Mc 8,33; Lc13,16; 22,3; Ju6, 7:8, 44: 13,27; Hech13,10; Ju3, 8-12;Dt6,5; Lv19,18; Profeta Joel, cap3;Gén 28,10-17;Esd13,15-21.