Que la Ciudad Autónoma le haya plantado cara a la Administración General del Estado, aunque sea simplemente a una empresa pública como es el caso de Acuaes me parece lo lógico, porque, en muchas ocasiones, hemos hablado de la solidaridad de Madrid hacia nuestra ciudad, pero también, hay veces que los derechos o se defienden o al final terminan pisoteándose y, desde luego, aquí no estamos para que nos machaquen y más cuando tenemos razón.
Todo viene por esa pugna abierta entre Acuaes, dependiente del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente y la Ciudad Autónoma de Ceuta. Existe un convenio que establece que los fangos producidos por la Estación Depuradora de Aguas Residuales deben ser abonados durante dos años por esta empresa pública, mientras se termina la inversión que permitirá no llevar dentro de unos años los fangos a la Península. Pero resulta que las facturas se estaban acumulando encima de la mesa de algún trabajador de Acuaes y desde la Ciudad esperando el abono y ni llegaba el dinero, ni nadie decía nada de nada. Hasta que, por fin, desde Acemsa se interesan por los retrasos y les dicen que hay un interventor del Estado, destinado en Acuaes, que impide los abonos al entender que es un acuerdo que no parece muy legal. Lo más normal es que lo hubieran avisado desde el primer momento, circunstancia que no han hecho y además el problema es de ellos, son quienes han de buscar la solución, porque los convenios son estudiados por los servicios jurídicos y económicos de los organismos y si hay problemas ponen reparos. En su momento no dijeron nada en Acuaes, por tanto si ahora no pueden pagar porque se lo impiden, que busquen ellos la solución. Por ello, ante tanta caradura de Acuaes, sucede que la Ciudad les responde de la misma manera, en vez de ir a los tribunales y perderse en pleitos durante años, han tomado el mismo camino: como Ceuta debe abonarles por otras circunstancias parecidas de mantenimiento de la Estación Depuradora de Aguas Residuales, pues el camino más corto entre dos puntos es la línea recta: tampoco les pagamos.