El pasado 5 de mayo se cumplían 71 años de la liberación del campo de concentración de Mathausen. Quizás no sea una cifra redonda pero siguen pasando los años y poca gente sabe de la existencia del “Campo de los españoles”.
Los españoles allí recluidos fueron excombatientes del bando republicano exiliados en Francia que siguieron combatiendo el horror fascista que se propagaba por Europa.
Estos españoles no fueron reconocidos como tal pues el régimen dijo que sólo había verdaderos españoles si estaban en su tierra por eso fueron marcados con el triángulo azul de los apátridas.
Tras muchos años de penurias y calamidades, cuando las tropas norteamericanas entraron en Mathausen se podía leer un cartel; “Los españoles antifascistas saludan a las tropas liberadoras”.
Estos héroes no fueron acogidos por nadie, ni recibidos como tales; de hecho muchos no podrían volver jamas a su tierra.
Esto me hace pensar en la situación que ahora viven los miles de jóvenes que se encuentran en un exilio obligado tras los Pirineos, jóvenes héroes que se van en una interminable fuga de cerebros y que aquí no valoramos como lo que son, científicos, arquitectos, médicos que pudieran hacer de España un país vanguardista y líder de una Europa que cada día que pasa defrauda más a la humanidad.
Los jóvenes no podemos quedarnos de brazos cruzados viendo que en nuestra tierra cuando muchos de nosotros se ven obligados a cruzar el charco del Estrecho y vivir desterrados de su ciudad hasta no se sabe cuándo, nuestro ayuntamiento se gasta la friolera de 165.000 euros en un mamotreto (Cosa grande e inútil) que bien podrían haber invertido en Educación, Sanidad, Empleo y Bienestar social. Cosas que hacen falta en una Ceuta abocada a un escarpado barranco de ese extra-radio olvidado.
No nos olviden a los jóvenes, como han olvidado a aquellos héroes de Mathausen.