En Ceuta tenemos un problema grave con la limpieza. Ceuta está sucia. No hay más que verla. La gestión de Trace no ha sido buena, a pesar de que recurra a lavados de imagen para intentar convencernos de lo contrario.
Ahora hasta buscan comparativas con lo que reciben y lo que otros se llevaban, obviando que ellos fueron los que ofertaron un servicio por un precio a la baja llevándose así el gato al agua. Ahora maullan. Ellos, porque el gato lo ahogaron. También hay un sector de la sociedad incívico, sucio, al que le da igual terminar su menú de fast-food tirándolo por la ventanilla del coche en cualquier espacio a pesar de tener una papelera al lado. La combinación de ambos es mortal.
Ahora Medio Ambiente anuncia que elevará las sanciones, que actuará a golpe de denuncia para evitar las situaciones que se viven y que han dejado en muy mal lugar espacios que antes llamaban la atención por su limpieza. Entre los frentes a atacar está el de aquellos dueños que contemplan cómo su perro deposita sus excrementos y no los retiran. Ya lo pueden hacer incluso al lado de los puestos repletos de bolsas que se reparten por la ciudad. Es como si no fuera con ellos. Este tipo de comportamientos (sucio el amo, no el perro) será sancionado y creo que nadie en su sano juicio puede defender lo contrario porque a todos nos ha pasado eso de llevarte el regalito en la suela de tu zapato.
Lo que pasa es que no todo vale en esta guerra al incumplimiento de las ordenanzas, así que resulta difícil de entender cómo la Ciudad anuncia que se está planteando crear una tasa municipal para los dueños de mascotas porque, dicen textualmente, “hay muchos que no recogen los excrementos, por no hablar del escaso cuidado que se tiene por el lugar en el que orinan los perros. El orín destroza farolas, esquinas, genera mal olor...y todo eso cuesta mucho dinero repararlo”. Es decir, en previsión de que tu perro lo haga y tú no lo retires... pues habrá que pagar una tasa por solo tenerlo y así nos curamos todos en salud. Prevemos el riesgo y terminamos penalizando a quien tiene mascota, generando un problema mayor. ¿Se ha planteado el Gobierno si de adoptarse esta medida no aumentará el abandono de mascotas o, peor aún, no habrá dueños que preferirán tener a sus perros sin su registro con el riesgo de salud pública que se puede ocasionar?
Simplemente pensarlo es una barbaridad. Si vamos por ese camino, de igual forma cabría crear una tasa para el que decida meterse a político por el riesgo de que pueda meter la mano en la caja y se lleve el dinero público para otros menesteres. ¿Una barbaridad, verdad? Pues tanto monta.