En plena vorágine electoral los distintos partidos intentan enamorarnos. Salen a la calle con sonrisa de anuncio y nos visitan con sus promesas que, dicen, cumplirán.
Si miramos hacia atrás nos daremos cuenta de que son siempre las mismas. Si miramos hacia adelante podemos comprobar que buena parte de ellas no se cumplen. Entre el paquete de las consideradas ‘estrella’ figuran las que tienen que ver con las ayudas. Ayudas a colectivos empresariales, subvenciones, apoyos a los autónomos... todo muy bonito sobre el papel pero en la vida real no es más que una pura mentira. No estaría mal que en esta precampaña los candidatos hablaran con los autónomos, les preguntaran por su situación, por cómo les asfixian, cómo no les perdonan ni un pago, cómo les engañan con subvenciones que, indirectamente, tendrán que devolver a base de palos como los de Hacienda. Nada te dan gratis, montar hoy un negocio, ser un emprendedor resulta sobre el papel muy sencillo, pero el día a día demuestra todo lo contrario. La Administración utiliza una doble vara de medir: es capaz de perdonar los errores que nos cuestan miles de euros pero incapaz de aflojar la soga que asfixia a los autónomos a los que no se les perdona ni una cuota a pesar de que arrastren un mes de perdida no por su mala gestión empresarial, sino por la mala gestión de la clase política.
¿Acaso ustedes, queridos políticos, van a prometer en sus programas que si un restaurante no hace caja porque el cliente marroquí no le llega le van a perdonar algunos pagos?, ¿van a hacerlo reconociendo que el hecho de que no llegue ese consumo clave para muchos empresarios es por culpa de la nefasta gestión política en torno a la frontera? No sé para qué me hago estas preguntas si sé que les va a dar igual. Como también les da igual que la crisis (esa que decían los políticos que aquí no había llegado de forma tan sangrante) termine con el empleo autónomo, provocando el cierre de negocios y el despido de muchas personas porque no encuentran apoyo ni alivio por parte de una administración que no solo no les cuida, sino que, peor aún, les sangra.
El PP se llena la boca diciendo que en el Ayuntamiento no se ha destruido empleo. Don Juan el victorioso, empresario público ejemplar, no ha tenido que despedir a nadie. ¿Y el resto?, ¿los que no comen de un trabajo público, esos son ciudadanos de segunda, esos no importan, qué medidas REALES se han puesto en marcha para aliviar su situación? No me vendan mentiras, pidan el voto entre los comerciantes, taxistas... creo que esta vez tendrán que sacar el conejo de la chistera para hacer magia.