Estoy leyendo con mucho detenimiento el cuidado programa electoral de la coalición “Unidos Podemos”. Por lo pronto, han acertado totalmente en el diseño. Tanto, que me lo voy a comprar. Será un magnífico recuerdo y, de paso, habré contribuido modestamente a su campaña electoral. De lo que nos dicen a lo largo de casi 100 páginas, voy a extractar lo que a mí me parece más importante.
Eliminación del secreto bancario privilegiado de los paraísos fiscales. Creo que es algo imprescindible para recuperar la democracia, la cordura y la gobernanza a nivel internacional.
Pacto Estatal para la Ciencia y la Innovación. El acuerdo permanente con las partes interesadas, independientemente de los cambios políticos, es algo totalmente necesario para nuestro desarrollo económico.
Justicia gratuita real. Algo demandado por los ciudadanos y por los profesionales de la justicia.
Cuotas pesqueras justas y responsables. En un momento de alto desempleo y grave crisis medioambiental, se hace necesario un acuerdo en este sentido.
Compromiso de garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones. Pese a aquellos que vaticinan de forma periódica el hundimiento de nuestro sistema de pensiones, el mismo es viable y sostenible, siempre que se acuerden determinadas medidas de reforma de sentido común. Lo primero será sacar del sistema contributivo aquellas prestaciones susceptibles de ser financiadas con impuestos (prestaciones de muerte y supervivencia y favor familiar), así como los nuevos gastos derivados del incremento de la esperanza de vida. Lo segundo, incrementar las pensiones que no superen el umbral de pobreza. Que nadie se lleve a engaño. Si un sistema de reparto fracasa, antes fracasará uno de capitalización privada. Hay experiencia internacional suficiente en este sentido.
IVA cultural reducido. Parece que en ello está de acuerdo todo el mundo de la cultura. Además de ser una necesidad para dinamizar y estimular la cultura en general.
Plan Nacional de Transición Energética. Caminar hacia una economía baja en carbono, fomentando el ahorro y potenciando las energías renovables, además de ser una necesidad vital, significa cumplir con los acuerdos internacionales de reducción de emisiones y contribuir a la creación de muchos miles de puestos de trabajo.
Oposición al Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión. Simplemente se trata de evitar que las grandes Corporaciones multinacionales amenacen la soberanía de los países.
Reestructuración de la deuda hipotecaria de los hogares. Nuestra legislación hipotecaria es profundamente injusta y retrograda. Es urgente su cambio, para evitar que familias enteras puedan quedar desahuciadas.
Plan Nacional por la Economía Productiva. Para ello se hace necesario un pacto entre Gobierno, patronal y sindicatos. Algo también de sentido común.
Jornada laboral de 35 horas y eliminación de los incentivos al empleo precario y a tiempo parcial. Es totalmente inaceptable y difícil de explicar técnicamente, que una sociedad que ha incrementado de forma exponencial su productividad respecto a la época preindustrial, a consecuencia del desarrollo tecnológico, se vea obligada a seguir realizando horarios laborales de cuasi esclavitud.
Renta mínima garantizada. Una cantidad mínima garantizada es totalmente factible y necesaria para los más necesitados. Hay estudios que avalan la viabilidad financiera de la misma.
La derecha política de nuestro país (Partido Popular y Ciudadanos) y la derecha mediática (El País y El Mundo, fundamentalmente), le llaman a esto radicalismo y extremismo. Para justificarlo no dudan en mentir y difamar, casi a diario. Aconsejo leer el artículo del profesor Vicenҫ Navarro “Las mentiras y falsedades del establishment político-mediático español sobre Unidos Podemos” (http://www.nuevatribuna.es/opinion/vicenc-navarro/).
Lo curioso es que todas estas medidas, además de demandadas por la ciudadanía, son posibles económicamente. Pero claro, para ello hay subir los impuestos de forma progresiva a los que más tienen (a partir de rentas de 60.000 euros anuales) y combatir el fraude fiscal. En estas circunstancias, no me queda otra que declarar públicamente que yo también soy radical y extremista. Como, estoy seguro, también lo harán el día de las elecciones miles de votantes honrados del Partido Socialista.