En la actualidad, los residuos orgánicos urbanos, se recogen en el contenedor de color marrón (en teoría), también en algunas ciudades se utilizan contenedores metálicos fijos., anclados en el suelo. Por distintas razones los productos y rendimientos que se obtienen son mínimos y los costes de transformación considerables La realidad es que estamos ciegos, pues aunque su manejo es ciertamente desagradable, sucio, infecto y pestilente, lo cierto es que (yo creo) es un pozo de petróleo que disponen las ciudades y pueblos y resulta que no lo saben.
Los datos sobre la emisión de residuos orgánicos más importantes son los siguientes: Una persona en término medio en un país como el nuestro, lanza 2 kgm al día de residuos orgánicos, contados en función de los destinos emisores y dividido su total entre el número de ciudadanos. En Europa tiramos al vertedero 180 kgm por persona y año. De estos, el 42% se tiran en los hogares y su valor de compra es de unos 250 euros/persona/año. Las grandes superficies tiran un 5 a un 7 %. La restauración es la responsable de tirar un 14 %, principalmente de residuos en mal estado o caducados. Se estima que en Europa tira 89 millones de toneladas/año, correspondiendo a España de entre 8 y 9 millones de toneladas/año. En Europa se estima hay 80 millones de personas bajo el umbral de la pobreza por no acceder a los recursos necesarios. Bajo esta cifra están los millones de niños con recursos regulares insuficientes o nulos. Propongo sustituir el método actual (contenedor marrón) por un sistema que puede crear miles de puestos de trabajo fijos, darle una solución a este problema y posiblemente ayudar a reducir el hambre en los países menos desarrollados . Los mayores recordamos que los desperdicios se usaban para alimentar a los animales que luego se sacrificaba y se consumían. El sistema que propongo, es utilizar en los domicilios un pequeño contenedor del tamaño de un cubo para el agua, diseñado para recibir los residuos orgánicos sólidos, separados de cuatro grupos de alimentos principales. Residuos de verde (vegetales). Residuos de cereal ( semillas). Residuos de proteína de carne. Residuos de proteína de pescado. Dentro del cubo, se instalará cuatro cilindros con color diferente, verde, amarillo, rojo y azul. En los espacios que quedan entre estos cilindros, se instalan cuatro recipientes adaptados a los huecos, como alargadas botellas, para recoger residuos en estado líquido o pastoso de los siguientes. Residuos de aceites vegetales. Residuos de productos lácteos. Residuos de bebidas alcohólicas. Residuos de bebidas refrescantes o zumos. Sobre estos cilindros y botellas se instala un plato recogedor embudo, que cierran en coronación los recipientes y favorece el llenado de los mismos, rotando sobre un eje central. Una tapadera abombada, cierra estancamente el conjunto y permite entre plato y cierre, recibir una bolsa apropiada que contendrá productos de celulosa. Se instala un recipiente central para la recogida de pilas eléctricas. El sistema es totalmente compatible con el sistema actual, pues solo hay que sustituir el contenedor de color marrón por otro del mismo color que llamaré contenedor de contenedores. El tratamiento logístico es de recogida continua, tanto de estos contenedores pequeños y con la recogida selectiva de los otros emisores, mercados, mataderos, restaurantes, grandes superficies, pescaderías, carnicerías, etc, etc. En fábrica, llevaremos estos contenedores domésticos junto con los industriales donde un sistema robotizado, los vacía y limpia quedando a punto para la reposición de los mismos en el contenedor de contenedores. En un principio, se obtendría productos orgánicos reciclados en una ciudad como la nuestra entre 40 y 60 Tm/día, pudiendo con el tiempo llegar a doblar estas cantidades. El proceso de fabricación podría ser sucesivamente, cocidas por vapor recalentado, triturado, cernido, secado y envasado. La combinación de los productos resultantes daría productos diferenciados y especializados para un tipo de alimento, abono, complemento, sustitución de recursos fósiles para la fabricación de plásticos, biocombustibles etc.… Su destino podría ser el siguiente . Un 25% para alimentación animal en programas de ayuda al tercer mundo por parte del estado a través de ONGs. Un 25% para la formación de tierras vegetales, ricas en materia orgánica asimilable Otro porcentaje para alimentación de mascotas, zoos, circos, fabricación de abonos, de plásticos. En posteriores colaboraciones, me extenderé más en otros detalles de la elaboración de este anteproyecto. Propongo, que en un concuerdo publico, estudiantes de último curso de veterinaria, biología, ingeniería industrial, y económicas agrupados, indiscutiblemente residentes en nuestra Comunidad autónoma, desarrollasen este proyecto. El proyecto y patentes quedaran en poder de ella.