Pero no sólo del ISIS, DAESH o como quiera que ese satanás quiera llamarse. Hágalo también de esos lobos disfrazados de cordero que ahora proponen una paz imaginaria, manteniéndose inmoralmente equidistantes entre los asesinos y un Estado de derecho.
No dude también hacerlo de aquellos que desde un primer momento estaban defendiéndose de la islamofobia, excusatio non petita, accusatio manifesta. Todo el mundo sabe que las segundas y mayoritarias víctimas del ISIS son los musulmanes ¿Quién practica entonces la islamofobia?
No, no es lo mismo atacar que defenderse. De hecho, la única legitimidad moral que tiene utilizar la violencia es en defensa de la propia vida. Los bombardeos que ahora realizan Rusia y Francia no son acciones de venganza o castigo, son para evitar que esos sanguinarios que dicen matar en nombre de no sé qué dios, no tengan capacidad organizativa, estratégica, ni personal que esté dispuesto a inmolarse en nuestras ciudades.
Los bombardeos no son la solución, pero sí el camino para conseguirla. En el imaginario parnaso todo diálogo es posible, pero seamos realistas: dos no se entienden si uno no quiere, y difícilmente nos vamos a entender con animales que son capaces de degollar a 200 niños de una tacada, o venden y regalan mujeres como esclavas sexuales a mutilados de guerra ¿Se negocia o se dialoga con el diablo? Nadie desea la guerra, salvo el ISIS, y nadie puede frenar a una persona firmemente decidida a matar.
Curiosamente los que ahora se disfrazan de defensores de la vida y la paz son los mismos que, sin premisa moral alguna que los legitime, defienden el aborto, la eutanasia o la pena de muerte siempre que beneficie a las dictaduras que cínicamente defienden. Actuación maquiavélica que ha ganado adeptos en el ‘pensamiento único’, con el único propósito de defender intereses electoralistas, o perseverar en la captación de fondos provenientes de países donde se ahorcan a homosexuales o se encarcelan a opositores. Propugnar ahora la quietud y la espera, es un acto de deslealtad con todos aquellos valores que defendemos en occidente. Valores que no son gratuitos como ya demostró la II Guerra Mundial. La paz, a día de hoy, sólo se llega tras la victoria y aniquilación del enemigo, que no es otro que aquel que se declara como tal.
Europa tendrá que perdonar, pero eso será después de la paz. Que insistencia tan enorme tienen ateos y agnósticos en parecerse al cristianismo, sin entender que poner la otra mejilla es un símbolo de paz recíproca, no para que vuelvan a humillarnos, ni para infligir más sufrimiento.
Irónicamente Francia ha estado detrás de la venta de tecnología nuclear y militar que ha desestabilizado la zona; y ayudó al intento de derrocamiento de Assad, siendo catalizador de la situación actual. Así que, póngase también a salvo de cualquier alianza con Francia.
A la historia de España me remito.