De un tiempo a esta parte la Guardia Civil se está topando siempre con los mismos casos: pateras matriculadas en Ceuta, denunciadas por robo, que son reutilizadas para favorecer el pase de inmigrantes a los que se les engaña cobrándoles cantidades indecentes por un traslado que no sabe si se llevará a cabo.
Se ha dado el caso, como contábamos ayer, de una misma patera empleada hasta en dos pases distintos en menos de un mes. Pateras que en muchos casos están en malas condiciones pero que son sustraidas con un fin inmediato al que se exponen aquellos que lo arriesgan todo. Cuando alguien acude a denunciar al cuartel el robo de su embarcación, ya se sabe que más pronto que tarde será localizada cargada de inmigrantes. La Guardia Civil poco más puede hacer que abrir una investigación con cada paso que se produce, intentando dar con quienes se están beneficiando de lo que ya se ha convertido en todo un negocio, amparado en la inexistencia de trabas para hacerse con una de estas embarcaciones en cualquier playa, trasladarla al país vecino y darle el uso delictivo final. No hay control alguno que sirva de veto, así nos encontramos con el filón que algunos, demasiado listos, están aprovechando.
Las administraciones no actúan, no ponen medios, ni siquiera ven el problema. Ahora tienen otros asuntos entre manos, las elecciones. Pero mientras, cientos de inmigrantes se están exponiendo a travesías terribles a bordo de embarcaciones en mal estado que las pilotan como pueden y siguiendo la ruta que, quienes hacen negocio con sus vidas, les marcan. Y ésta no es otra que la más destructiva que hay, la de dirigirse al Hacho, hacia la zona del faro porque les advierten de que así llegarán a Ceuta cuando lo que están haciendo es entregarse a la parte más temida de la costa, a una muerte más que problable.
Cuatro jóvenes han muerto desde agosto en la zona de los isleros, decenas han salvado sus vidas tras una rápida intervención de las fuerzas de seguridad o de la Salvamar. También se cuentan los desaparecidos, aquellos de los que nunca más se ha sabido. Y todo esto sucede a la vista de todos nosotros mientras hay sinvergüenzas que hacen negocio a costa de la vida de los demás, como traficantes que son, engañando, estafando a inmigrantes que les entregan todos sus ahorros, a los que se les sube a pateras con las que se echan a la mar.
Las administraciones podrían hacer su trabajo para que este negocio quedara mermado. Pero no, no lo hacen. Y la Guardia Civil se queda con las investigaciones encima de la mesa y con la cara de no saber por dónde cortar la sangría. Pero eso sí, luego vienen los partidos y se ponen a decir chorradas en facebook en plan: “Defendemos a la Guardia Civil”, “viva España”, “con la bandera hasta la muerte”. Y yo me pregunto, en vez de esa verborrea barata que sirve para acelerar los corazones de los trasnochados de turno, ¿por qué cada uno no hace su trabajo y así evitaríamos que las ilegalidades fueran tan evidentes? No cuesta tanto, en serio.