El esclarecimiento de la trama que hay detrás de las exigencias de cobros a cambio de posibles influencias en la adjudicación de VPO es uno de los asuntos en los que está trabajando la Policía.
Asunto que, por calidad democrática, debería contar con el respaldo absoluto de todos para que de una vez por todas se sepa qué ha pasado y qué está pasando en Ceuta con este asunto. Respaldo absoluto significa que la gente que sepa algo hable, que colabore, que aporte datos sobre las personas a las que se les ha entregado dinero, que diga las identidades de quienes pudieron, en algún momento, hacer promesas saltándose los cauces legales. Y esto último no tiene más que un nombre: corrupción.
Desde antes de que estallara el escándalo de las VPO de Loma Colmenar han sido cuantiosos los comentarios que se han hecho sobre adjudicaciones a dedo. Aquí tenemos el mayor número de ‘sabedores’ por kilómetro cuadrado, conocedores de todo hasta el punto de narrarte con detalles cómo, supuestamente, estaba montado el negocio de las casas. Esas mismas personas que, alegremente, te paran en medio de la calle para soltarte todos sus conocimientos son incapaces de hacer lo mismo delante de un juez. Esas personas son las mismas que, luego, se quejan de las injusticias y exigen a viva voz transparencia. Son las mismas que se despachan a través de las redes sociales contando mil y una historias de todas las corruptelas de las que son conocedores. Ninguno colabora con el poder judicial ni mucho menos con la Policía, dejándose enredar en el rumor de la calle, es decir, en la nada.
Ser conocedor de lo que está pasando y no contarlo se traduce en ser cómplice de un modo de funcionar bastardo. No lo olvidemos. Puede que nos llevemos más de una sorpresa y las investigaciones de la Policía den sus frutos para que veamos desfilar esposados y por el juzgado a los artífices de semejante trama. Debería ser así, debería destaparse a todo aquel que, en un grado mayor o menor, han terminado por formar parte de una cadena que enturbiar los derechos más básicos de cualquier ciudadano.
De momento pesan más las trabas que la colaboración, pesan más las amenazas que la ayuda... y así, sinceramente, no llegamos a ningún lado, quizá nos guste seguir atrapados en un mundo de rumorologías, cobardías y corrupción consentida por quienes sabiendo... prefieren callar.