“Era una semana en la que el guión marcaba que el Jefe del Estado recibiera a los candidatos de los diversos partidos políticos para que, escuchados, el Rey propusiera...”.
Pues sí, como decía la semana pasada, el panorama se presentaba interesante y la que termina hoy, no ha dado tregua. Y la ‘partida’ se ha puesto interesante.
Digo partida porque la semana me ha recordado aquellas películas americanas en las que se jugaban partidas de póker apoteósicas –de ahí el título de mi artículo- con resultados, a veces, inesperados. Me acuerdo, entre otras, de Maverick y la que se desarrolla en el barco sobre el Mississipí.
Era una semana en la que el guión marcaba que el Jefe del Estado recibiera a los candidatos de los diversos partidos políticos para que, una vez escuchados, el Rey propusiera al Presidente del Congreso de los Diputados –yo ahora los llamo ‘disputados’- un candidato que tratara de defender la formación del Gobierno que nos ‘administrara’ –es un decir, claro- durante los próximos cuatro años –es otro decir, porque pase lo que pase, de no repetirse las elecciones creo que estamos abocados a una legislatura muy corta-.
Y así, tras una primera y relativa ‘sorpresa’, con la declaración de ese indigente mental y portavoz de ERC, que hace ‘honor’ a su apellido, negándose a ir a ver a Don Felipe VI con el pobre argumento de que éste no había recibido a la presidenta del triste y amañado parlamento catalán, para comunicarle ‘oficialmente’ la decisión, in extremis, que vimos hace justo una semana –parece que hace un siglo, ya-, crónica de una muerte anunciada y un paso más en el desafío que el llamado ‘proceso’ –este no ‘de paz’, como el vasco, sino más bien de ruptura o, quien sabe, si de su antítesis, es decir, ‘de guerra’- sigue desde la minoría nacionalista en su política de hechos consumados.
Tras este ‘plante’ –de eso se libró el Monarca- empezaron a llegar disciplinadamente los representantes de las diferentes ‘fuerzas’ políticas –perdóneseme el eufemismo hiperbólico en algunos casos- con más pena que gloria, hasta que llegó el esperado –no sé si ansiado por algunos- viernes. Lo más curioso entre los pequeños partidos, quizás haya sido la rueda de prensa, posterior a su visita, del representante de IU, Alberto Garzón –‘digno’ apellido el del voluntarioso muchacho-, al decir eso de “He sido recibido por el ‘Ciudadano’ Borbón”.
Lo demás, previsible.
Y vamos con la partida. El desayuno corrió a cargo del representante de Podemos, ese ‘tahúr de la Complutense’, teórico -como no podía ser de otra forma- , que tuvo su primera experiencia práctica en el escrache masivo del 15-M de 2011, en la Puerta del Sol, y formado en las doctrinas marxistas leninistas, aprendidas de cerca, la sombra –entre otros- del conocido como “gorila rojo” –el malogrado Hugo Chávez que, ahora, en forma de ‘pajarito’ inspira al chimpancé del Orinoco- , cuyos mensajes replica cual cacatúa amaestrada en el arte de Goebbels –“Repite una mentira mil veces y la convertirás en verdad”- y que las hemerotecas y videotecas nos han permitido comprobar.
Llegó a Zarzuela acompañado de su inseparable –ahora- Irene Montero ‘Sí señor’ – a juzgar por ese movimiento afirmativo de cabeza, en forma de tic, que muestra la ‘musa’ cuando escucha, a su vera, las palabras del nuevo ‘Lenin español’ y -en lo que algunos entendemos, cuando menos, como una falta de respeto- con un atuendo manifiestamente mejorable. No digo yo que fuera de frac, chaqué o cualquier otro atavío masculino de gala, ni siquiera con corbata, conociendo al personaje, pero al menos una chaquetita o cazadora y sus habituales chinos. Pues no, en mangas de camisa y vaqueros, ‘si no quieres caldo, dos tazas’, Majestad. Breve comentario bucólico sobre los ciervos y al grano.
Pero lo mejor del ‘Gran Jefe Coleta Morada’ fue, sin duda, su posterior comparecencia ante los medios rodeado del ‘séquito gubernativo’ que escogió –sin duda, cuidadosamente- para el grandioso momento. Empezó con un órdago al PSOE –para los no avezados en el noble juego del Mus, diré que es la apuesta por el resto, que termina con uno de los tres o cuatro tantos en los que se divide normalmente este juego de naipes-. Le dio hecho a su ‘amigo’ Sánchez -mejor sería decir víctima- el futuro gobierno, atribuyéndose la vicepresidencia y una serie de carteras además de la dirección de RTVE, Interior, Economía, Defensa… y, cómo no, un nuevo ministerio ‘plurinacional’ destinado a su valedor en Cataluña por En Común Podemos, Javier Doménech, en un guiño a la franquicia a la que debe el veinte por ciento de sus votos. Eso, además de perdonarle la vida y pedirle agradecimiento.
El aperitivo lo compartimos con Pdr Snchz, al que sin duda se le atragantó su comparecencia con el Rey y acertó a decir poco más que “He llegado sin que existiera gobierno y salgo con un gobierno hecho” y que “estaba dispuesto a hablar con Iglesias” porque “los votantes de ambos no entenderían que no nos entendiéramos”, en esa falacia que alimenta su discurso de que “España ha votado cambio” sin quererse enterar de que si fuera así, España quiere que el cambio lo lidere el Partido Popular, el más votado con diferencia y el que, aunque insuficientes, más escaños tiene, también con diferencia –treinta y tres (y dos, si consideramos al tránsfuga de Segovia, pasado al grupo mixto tras ser pillado con el carrito del helado) más que los raquíticos noventa del PSOE, el peor resultado desde las primeras elecciones de 1977. Pero esa lectura no ‘mola’ para sus fieles, cada vez menos.
Y llegó la cena, tras la merienda de Rajoy con don Felipe, en la que el monarca le ofreció a éste la nominación para formar Gobierno. El aperitivo, con toda seguridad, debió ser de infarto y posible atragantamiento en la sede del PSOE cuando el Presidente en funciones anunció que había declinado el ofrecimiento de Su Majestad para formar Gobierno ante la realidad comprobada de “tener más votos en contra que a favor” lo que le llevaría al fracaso de su propósito, tras el duro ensañamiento previsible por parte de su principal enemigo –que no rival- en un martirio innecesario y para evitar, entre otras cosas, que empezaran a correr los plazos para la formación de Gobierno –dos meses tras la primera votación- que, al parecer, no existen para que se celebre esa primera votación.
Y vuelvo a la partida. Rajoy ha demostrado ser más “tahúr del Mississipi” frente a un pardillo ambicioso, Pdr Snchz y un teórico de la política, Iglesias, bien enseñado tal vez, pero teórico al fin, que cayó en la primera regla a tener en cuenta por el más primerizo de los participantes en cualquier juego de naipes: “Nunca enseñes tus cartas hasta que la partida se termine” –la prepotencia juega esas malas pasadas-. Y claro, el más zorro en la mesa –muy bajo nivel en esa partida, por cierto-, se llevó el gato al agua y les ganó ‘por la mano’ a los dos saltimbanquis que se las prometían felices.
Lo acertado de la decisión de Rajoy se evidencia por la posterior comparecencia de ese liviano César Luena, ‘intelectual’ elegido a dedo por el ‘valiente ZPdr’, que ni se atrevió a comparecer, y dicen que doctor por la ‘prestigiosa’ Universidad de la Rioja (está barato el doctorado en las últimas décadas), que no podía disimular su enorme cabreo que le llevó a llamar al Presidente en funciones “perro del hortelano –ni come ni deja comer-, antisistema -¿qué será entonces su frustrado socio podemita? - y trilero –demostrando, en su ’doctoral’ ignorancia, no conocer siquiera el significado del término-.
Tampoco cayó bien entre las demás fuerzas de izquierda y nacionalistas, como era lógico, pero lo cierto es que nos enfrentamos a una segunda ronda de entrevistas con el Jefe del Estado –ya lo había dejado caer el Monarca- y, lo mejor, como comenté ayer en las redes sociales, “la patata caliente está en las manos del ambicioso aspirante socialista” que se puede quemar del todo por sus ansias ya que o gana o muere –pobres alumnos si vuelve a la docencia-. El tiempo dirá.