Empezamos la semana con el vendaval político/cateto generado por la metedura de pata del PP que, en su perfil de facebook, no dudó en, por vez primera, rasgarse las vestiduras porque las navieras nos hacen viajar como borregos, tirados en el suelo o sentados en las escaleritas.
El mensaje sorprendió a todos, porque han sido muchas las fotografías de ceutíes tirados por los suelos a las que nunca ha hecho caso el PP, por las que ni tan siquiera ha prestado la más mínima atención. Algo no cuadraba. Poco faltó para que uno de los ceutíes que iba en ese barco explicara gráficamente el motivo de la crispación popular: el presidente Vivas viajaba sentado en las escaleritas. Seguramente que ajeno a la situación (me cuesta creer que supiera todo el revuelo organizado) Vivas soportaba la travesía probando del mismo jarabe que a todos nos ha tocado. La diferencia radicó en que el PP se enojó como nunca. Incluso su secretaria general, con foto institucional de por medio, pedía el ‘basta ya’ ante este tipo de situaciones. Claro está, sin desvelar el ‘detalle’ de las vivencias que estaba teniendo el presidente.
La situación, lejos de ser esperpéntica, resulta preocupante. Que un partido como el PP termine metiendo la pata de esta manera no tiene justificación alguna. Se nota que el control debió desaparecer hace tiempo de la sede de Ainara y se mueven por impulsos o por excesivas dosis de peloteo a un don Juan convertido en protagonista.
De lo que ya, a estas alturas de la jornada, ha quedado en el plano anecdótico pasamos a un asunto realmente serio: el de la radioterapia. Y aquí, les confieso, me he perdido. Resulta que llevamos meses y meses escuchando al PP decir que resulta imposible que una clínica se instale en Ceuta para ofrecer este servicio. Nos decían aquello tan terrible de que “no era rentable”. Incluso ponían por delante los informes del propio Ingesa para justificar con datos un asunto en el que solo había en juego sentimientos. Porque nadie tiene que pasar por el trauma de verse obligado a cruzar el Estrecho para recibir radioterapia. Es lo más inhumano que se ha consentido en este pueblo durante años y años. Lo más inhumano que la clase política ha querido permitir, escondiéndose siempre detrás de los informes, de los datos, de las estadísticas...
Y así, de la noche a la mañana, después de quemar en la hoguera a Adela Nieto tras afirmar en FARO TV que este servicio no era rentable, siguiendo solo la línea marcada por el PP, nos envían un comunicado para ‘vendernos’ eso del ‘aquí no pasa nada’ porque dentro de un año una clínica ofrecerá este servicio. Logro ¿conseguido? Me pierdo en un mar de dudas, de sentimientos enfrentados, de ganas de saber por qué se nos insulta a diario, por qué se nos llama tontos y tontos y un millón de veces tontos. Los problemas, si es que alguna vez lo fueron, no se solucionan cuando a uno le conviene. No se pasa del NO al SÍ cuando el escenario sigue siendo el mismo. Aquí se juega otro partido que nadie nos explica.