Ya he referido otras veces que la Legión ha prestado muchos y relevantes servicios a Ceuta y a España; lo mismo que Regulares. Y en estas fechas de su aniversario creo de justicia volver a recordarlo.
Tras el Desastre de Annual, Melilla se quedó casi desprotegida. Las tropas de Abd El-Krim llegaron hasta Nador, a sólo 15 km. Cundió el pánico en la población y en la cúpula militar porque la Plaza se podía perder y el objetivo de Abd El-Krim era tomarla. Tras la desaparición en combate del general Fernández Silvestre, su 2º jefe, general Navarro, intentó organizar las pocas fuerzas que se salvaron. El Regimiento de Alcántara con su heroísmo consiguió en principio frenar los ataques, pero no logró hacerles retroceder al ser muy superiores en número. Se acababa de crear la Legión, fundada por Millán Astray en 1920. Se le llamó con toda urgencia, acudiendo veloz al combate, como manda su Credo Legionario, la I Bandera, la 4ª Compañía de la II, más la III, que se encontraban preparando el ataque a Tazaruk cerca de Arcila. Una llamada de Millán Astray el 21-07-2021 al comandante Franco, jefe de la I Bandera, puso a marcha forzada a los legionarios llevando a sus espaldas todo el equipo de campaña rumbo a Tetuán distante 100 kms. Algunos cayeron agotados haciendo honor a su Credo: caminar hasta caer reventados. En Tetuán tomaron el tren para Ceuta y desde ésta el barco hasta Melilla. El día 23 fueron recibidos en Ceuta por Millán Astray, que los arengo así:: “¡Caballeros legionarios: de Melilla nos llaman en su socorro. Ha llegado la hora de los legionarios. La situación allí es grave, quizás en esta empresa tengamos todos que morir!. ¡Legionarios!: si hay alguno que no quiera venir con nosotros que salga de filas, que se marche, queda licenciado ahora mismo… ¡Legionarios!:¿Juráis todos morir si es preciso en socorro de Melilla? ¡Sí, juramos!. ¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva La Legión!».
Navegaron hasta Melilla a toda máquina. El día 24 al mediodía ya entraban en el Puerto y la población atemorizada los recibió con los brazos abiertos. Llegaron también después los Regulares de Ceuta con la misma consigna: “Salvar a Melilla”. Los rifeños estaban ya a sus puertas. La Legión tomó posición en vanguardia; su Banda de Música y Gastadores recorrieron las calles para tranquilizar a los melillenses. Había llegado el Tercio y no tenían ya nada que temer. Con la Legión, se sintieron seguros y enaltecidos, porque allí iba a recibir el nuevo Cuerpo de élite su bautismo de guerra. A partir de su llegada, realizaron numerosos actos heroicos que en síntesis comentaré. El 26-07-1921, Legionarios y Regulares lanzaron un ataque relámpago para recuperar Sidi Amech y el Atalayón, que dejó a los rifeños sin capacidad de reacción en las laderas del monte Gurugú. Los legionarios de la 5ª Compañía de la II Bandera soportaron con gran heroísmo un nutrido ataque artillero del enemigo. Hubo bastantes heridos, pero se resistieron a ser evacuados. El día 8 de agosto, los harkeños atacaron al convoy que salía de Melilla hacia las posiciones externas. Las fuerzas que participaban en la marcha se parapetaron de inmediato, pero desde la retaguardia la situación fue rápidamente advertida por tropas del Tercio y Regulares, que acudieron enseguida atacando ladera arriba y expulsando al enemigo de sus posiciones cubiertas. Allí quedaron numerosas bajas rifeñas, sin que ni uno solo de los nuestros cayera. El día 15 participaron en un avance fuerzas de Caballería y Regulares, con el apoyo de las Compañías legionarias de ametralladoras, que ocuparon posiciones en el flanco izquierdo de Sidi Amarán, en la carretera de Hidún.
El enemigo hizo frente al avance de Regulares. Los legionarios, ante la delicada situación de sus compañeros, se lanzaron al ataque sin esperar la cobertura artillera, expulsando a los rifeños de sus posiciones, asegurando la de Sidi Amarán y fortificándola. Pero los harkeños se reorganizaron e intentaron recuperar las posiciones perdidas, llegando a rodear la Compañía de ametralladoras de la II Bandera que sin cesar el fuego defendieron su posición causando abundantes bajas al enemigo. El teniente Valero se hizo cargo de una de las ametralladoras que había quedado muda tras la muerte de sus servidores, cayendo él mismo bajo el fuego enemigo. Pero los rifeños no consiguieron su objetivo y se retiraron; registrando los legionarios las bajas de dos muertos y un herido. Los ataques a las posiciones del Tercio no cesaron; durante la noche del 17-08-1921 el objetivo enemigo fue el blocao de Dar Hamed, guarnecido por 12 legionarios mandados por un cabo. Comenzó un encarnizado combate que se prolongó toda la noche, hasta que al alba los atacantes emprendieron su retirada llevándose con ellos a sus muertos y heridos. Llegó una columna de refuerzo al blocao, encontrando la posición destrozada, las alambradas rotas, caídos los sacos terreros y casi todos los defensores heridos, pero cada uno en su sitio de combate. El cabo que mandaba los 12 hombres del blocao fue ascendido a sargento.
El día 23 las Banderas legionarias participan en el ataque sobre las barrancadas de Frarhana; dos días más tarde el objetivo es Tizza. Los legionarios intervienen en Sidi Amed y el Atalayón. Se preparó en Melilla un tren blindado que participó con efectividad en las operaciones que se llevaron a cabo en la zona. En una de estas misiones, cubiertos por el tren y protegiendo a su vez las vías de posibles saboteadores enemigos, avanzan unidades legionarias. Cuando el tren regresa a Melilla, desde el Atalayón se comunica la presencia de un gran número de enemigos llegados desde Nador concentrándose cerca de las vías. Los legionarios se encuentran entonces esperando la llegada del tren, apostados a la altura de la tercera caseta y reciben el ataque de los rifeños; una Sección consiguió abandonar la posición sin ser vista por el enemigo, cubriendo su movimiento gracias al talud de las vías. Lograron acercarse a las posiciones rifeñas y sorprenderlo con un ataque a la bayoneta que coincidió con la llegada del tren blindado, desde el que se realizó un nutrido fuego de apoyo. El enemigo huyó huyeron abandonando a sus muertos.
Otra acción destacada fue la defensa del blocao Mezquita, que sufría el constante ataque rifeño, agotando a su guarnición y que obligaba el envío de un convoy diario. El cabo legionario Herben, austríaco, observó que el enemigo se reunía antes y después de cada ataque en una barranca cubierta de la vista. Como no se disponía de otros medios, el cabo tuvo la idea de montar un potente artefacto explosivo utilizando para ello unas latas, munición de fusil y cartuchos de dinamita. Portando la improvisada bomba se arrastró al anochecer hacia la barranca prendiendo la mecha, arrojando el artefacto a su interior. La explosión sorprendió al enemigo produciéndole el explosivo un efecto devastador con numerosas bajas. A partir de aquella noche cesaron ya los ataques al blocao Mezquita. También la posición de Ait Aixa, sufrió un fuerte ataque rifeño apoyado por la artillería desde el monte Gurugú. Ante la falta de tropas para acudir como refuerzo, el capitán Malagón formó una columna integrada por legionarios enfermos, heridos leves, rancheros, escribientes y conductores, acudieron todos con entusiasmo al combate y su llegada fue providencial, se repartieron de inmediato por los puestos de tirador, abrieron un nutrido fuego logrando rechazar el ataque enemigo.
En la defensa del Blocao de Dar Hamed el día 13-9-1921, la guarnición legionaria recibió la orden de reincorporarse de inmediato a su Bandera; es relevada por una Sección reducida de la Brigada Disciplinaria de Melilla mandada por el teniente Fernández Ferrer, que salió de la plaza a primera hora del día 14 para emprender una marcha. Los rifeños le tendieron una emboscada. Llegando al blocao, el fuego de fusilería desde posiciones elevadas era muy intenso, apoyado por artillería enemiga. Los soldados se pasaron el día respondiendo al incesante fuego que continuó día y noche. Se produjeron las primeras bajas entre los defensores de la posición, entre ellos el teniente. Entre el amanecer y las primeras horas de la tarde de la jornada del 15 el enemigo detuvo y lo reanudó con apoyo artillero. Las bajas se multiplicaban y el teniente vio que la posición corría peligro, enviándosele de refuerzo la guarnición legionaria de la segunda caseta. El teniente legionario del Atalayón, Eduardo Agulla Jiménez-Coronado pidió voluntarios en su Sección para formar un Pelotón de socorro. La Sección completa dio un paso al frente. El oficial agradeció a sus hombres el valeroso gesto, eligió 15 legionarios confiando el mando al legionario de primera, Suceso Terrero López.
El blocao de Dar Hamed estaba todo rodeado. Era necesario romper el cerco. Suceso Terrero ordena atacar a la bayoneta y cargar contra el enemigo. Los legionarios consiguen su objetivo y atraviesan las alambradas, dos de ellos heridos. Suceso Terrero se presenta al teniente Fernández Ferrer, también herido. Los legionarios llegados relevan en las aspilleras a algunos de los soldados que se mantienen en su posición a pesar de estar heridos. Caída la noche se hizo aún más intenso el fuego sobre el blocao; cae muerto el teniente Fernández Ferrer, tomando el mando de la posición el suboficial Cadarso, quien muere también de un disparo. Asume el mando el cabo Sergio Vergara, del Batallón Disciplinario, herido desde el día anterior, que resulta también muerto de otro disparo enemigo. El legionario de primera Suceso Terrero asume el mando y hacen una tenaz defensa de la posición a la desesperada ante un enemigo muy superior en número y en armamento.
La munición escaseaba ya, el agua se agotó hacía doce horas. Suceso Terrero ve que así la posición no podrá ser defendida mucho más tiempo. Durante la noche el único medio de comunicar la situación al mando es enviar emisarios, y para dicha misión, que incluye romper el cerco enemigo, elige al legionario Miralles y al soldado Mediel, a los que encarga llegar hasta la segunda caseta por itinerarios distintos para duplicar las posibilidades de éxito. Las bajas aumentan y el fuego español desde el blocao decrece en consecuencia, lo que permite al enemigo acercar una pieza de artillería.
Su disparo en tiro directo hace saltar los restos del blocao Dar Hamed por los aires, matando a soldados y legionarios. Los dos emisarios consiguieron llegar hasta la segunda caseta a pesar de haber sido heridos. Desde allí partió al amanecer una fuerza legionaria al mando del sargento Valle en dirección a Dar Hamed. Cuando alcanzaron el blocao el enemigo se había retirado, y la posición era ya sólo un cementerio de valientes. Llegaron refuerzos desde la Península. Y Melilla se dio ya por salvada. Luego participaron en la reconquista del territorio. El valor de los legionarios del Tercio empezó aquellos días a forjar su heroica leyenda.
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