El próximo 8 de marzo se celebrarán los actos con motivo del Día Internacional de la Mujer. Ya hemos asistido a algunos avances en centros escolares y hemos conocido los nombres de quienes se han merecido ser galardonadas por haber destacado en su labor.
Como cada año habrá recuerdos específicos hacia las mujeres, después volveremos a la realidad que nos afecta, de una u otra manera, a todas nosotras. Mujeres que seguimos condenadas a tener que debatir (como si eso fuera un problema) entre poder realizarnos como madres y seguir trabajando. No hay nada más triste que escuchar a una mujer lamentarse porque no ve la manera de poder cumplir su sueño de ser madre sin que le asalten las dudas: ¿podrá compaginar su faceta laboral y familiar?, ¿qué repercusiones tendrá en su trabajo el anuncio de ‘hola, estoy embarazada’?, ¿se verá cuestionada, en un mundo empresarial dominado por hombres, cuando diga eso de ‘oiga, no puedo más, tengo las piernas hinchadas, la barriga me pesa, no hago más que llorar pensando en el parto y sí, también me han salido hongos, como a casi todas... ¡necesito la baja!?, y cuándo quiera amamantar a su hijo y reclame horas de lactancia... escuchará eso de ¡qué cara más dura, si se ha pegado cuatro meses de baja y ahora pide horas!
Podremos avanzar en eso que llaman igualdad, podremos pensar que sí, que esta vez se han tenido en cuenta esos detalles que solo una mujer, desgraciadamente, entiende... pero llega siempre ese momento en el que retrocedemos cuando tenemos que escuchar los lamentos de esa amiga, hermana, compañera que no tiene narices de cuadrar una vida en la que realizarse como mujer en un trabajo pueda ir de la mano con realizarse como madre.
Y no, no me hagan comparaciones con que los hombres están en la misma posición porque no es cierto. Porque ser padre y trabajador no es lo mismo que madre y trabajadora, porque las que hemos parido sabemos perfectamente quién es la que se levanta con el primer cólico, quién es la que con solo mirar los ojos de su hijo sabe si tiene unas décimas de fiebre, quién es la que tiene que hacer equilibrios para alcanzar todas las metas sin pedir nada a cambio.
Día de la Mujer, todos los que quieran. Pero la realidad sigue peleada con el calendario.