Vuelvo a insistir en que dentro de la política que la Ciudad está llevando a cabo para lograr ese objetivo de rebajar el precio de los billetes del transporte marítimo se está dejando de lado a un elemento esencial de este conflicto, que no son otros que los operadores marítimos, es decir, las empresas navieras.
Empresas navieras que podrán gustar más o menos, que podrán tener un mayor número o menor número de equivocaciones, que podrán pagar todas las frustraciones o no de los ceutíes, que se han equivocado en muchas ocasiones, pero que, en definitiva, están ahí y no se les pueda borrar de un plumazo.
Abogaba el otro día por no perder más el tiempo y convocar una gran mesa de negociación, donde aparte de las formaciones políticas con representación en la Asamblea y el mismo Gobierno autonómico, se encuentren también las tres navieras que operan en el Estrecho y la Delegación del Gobierno, como representantes de la Administración General del Estado. Y si me apuran, que se apunten también los operadores turísticos, que han sido llamados por el presidente Vivas para que pongan la imaginación a funcionar.
Constituir un gran foro donde todos sean capaces de decirse lo que piensan de los otros y, a partir de ahí, donde cuando unos y otros se hayan desahogado lo suficiente, comenzar a construir desde cero. Donde se pongan encima de la mesa las cuentas de explotación, donde se pongan encima de la mesa los informes de la Ciudad Autónoma que establecen las posibilidad de que las navieras ganen dinero con una serie de rotaciones y unos determinados precios, donde se pongan encima de la mesa todas las ideas y proyectos que cada uno aporte, donde se discuta hasta donde se puede llegar y hasta donde no se puede llegar., donde se discuta hasta de la falta de competencia en el Estrecho porque un cincuenta por ciento de los viajeros es una demanda cautiva...
Ello no es incompatible con la búsqueda de ese instrumento legal que permita actuar en la navegación de cabotaje en el Estrecho. No es nada incompatible, porque, al final, parafraseando al presidente Vivas, cuando habló de la desconvocatoria de la huelga de limpieza, con el consenso y con el diálogo se logran solucionar muchos conflictos. Pues bien, éste es uno de los principales que tiene nuestra ciudad. Apliquémonos esta pensamiento y llevémoslo a la práctica en el tema del transporte marítimo.
Al final, todos estamos de acuerdo en que nos enfrentamos a un problema crónico, que es verdad que la Cámara de Comercio en su primera reunión oficial, ya habló de los precios de los billetes de los barco, pero, por supuesto, lo que no podemos hacer es ampararnos en este problema crónico para no resolver de manera adecuada.