No hay día que no hable con un vecino o conocido que se queje de los numerosos robos de motos en nuestra bendita tierra. Me informan de cómo las roban, de cómo las trasladan y finalizan quejándose de la poca o ninguna efectividad en acabar con esta cadena de delitos.
El jueves me comentaba el propietario de una tienda de motos que le habían robado a su hermano una Yamaha 750 que tenía el bloqueo, además de estar sujeta con una cadena a la ventana de su casa en la barriada del Recinto. Los cacos iban preparados de una cizalla y después de cortar la cadena la montaron en un motocarro descubierto y emprendieron rumbo al garaje donde la desguazaron para venderla. El día anterior me comentaba una persona que un amigo que vive en el Hospital Militar pudo recuperar la moto gracias a otro conocido previo pago de 200 euros. Días antes el padre de un compañero me comentaba que la BMW 650 que tenía no llegaron a llevársela pero la destrozaron en el intento. Eso sí, todos coinciden en el modos operandi.
Nadie duda que se estén robando muchas motos. El Faro de Ceuta alertaba de que el robo de motos era una práctica demasiado común, pero que lo más grave era que no se ponía remedio y que las víctimas pierden la fe en la efectividad de los protocolos oficiales y terminan acudiendo a los grupos de Facebook para alertar del robo sufrido y pedir colaboración ciudadana. Lo que decía El Faro es totalmente cierto, incluso lo de Facebook, porque el domingo un vecino del Morro acudía a ese medio y a whatsapp para intentar recuperar una Yamaha Teneré 750, color roja. Todas las ciudades tienen sus peculiaridades delictivas y en la nuestra nos encontramos con que las motos se pueden desguazar para vender en el mercado local o en el vecino país, incluso intentar pasarlas cambiando la matrícula o cualquier otra mala idea que pueden tener los cacos. Pero dentro de ese inconveniente tenemos la posibilidad de alertar e informar a las Fuerzas de Seguridad de cualquier delito o duda de que se esté cometiendo con la certeza de saber que para la Policía es fácil detectar el vehículo o a la persona, porque Ceuta es pequeña y las salidas de escape de los delincuentes son mínimas.
El modo operandi es conocido por casi todos los ciudadanos y no creo que resulte tan difícil llamar a la Policía cuando observes que unas personas suben a una furgoneta una motocicleta para que ésta identifique a los ocupantes. Pueden pasar dos cosas: una, que la Policía compruebe que son unos delincuentes y los detengan y dos, que la moto la lleven a reparar o cualquier otra circunstancia, que seguro que el dueño lo agradecerá de buen grado.
Las Fuerzas de Seguridad no pueden intentar eludir la responsabilidad y la obligación de investigar y detener a los autores de cualquier tipo de delito... ¿pero cruzarnos de brazos como irresponsables ciudadanos cuando observamos hechos de dudosa legalidad como al que nos referimos y no llamar al 112? Eso es eludir una obligación a la que no podemos rehusar como ciudadanos, sobre todo, porque ante este tipo de delitos la colaboración ciudadana es fundamental. Una colaboración que no compromete a nada, porque es evidente que las Fuerzas de Seguridad están obligadas a reservar la identidad de la persona que llama.
Está bien quejarse, pedir responsabilidades, criticar la falta de efectividad policial, incluso es saludable y bueno que se haga, pero en una ciudad de nuestras características y con esta forma tan peculiar y conocida de robos de motocicletas, estos delitos pueden resolverse de una forma mucho más eficaz, rápida y sencilla con la colaboración ciudadana. Esa señora que desde su casa ve a unas personas montando una motocicleta en una furgoneta; ese vecino que circula con su coche; ese joven que vuelve tarde a casa y ve en el interior de una furgoneta a varias personas. Todos pueden evitar estos delitos llamando a las Fuerzas de Seguridad. El refranero español es sabio y hay un refrán que dice: "Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar". Es decir, cuando veas que hay un robo en tu barriada no cierres los ojos, mejor llama a la Policía, porque el delincuente puede creer que en esa barriada es fácil robar y hoy puede ser la moto del vecino, pero mañana puede ser tu coche o tu casa. Esto último no es un simple refrán español es sencillamente una realidad irrefutable que podemos evitar colaborando con las Fuerzas de Seguridad.
Es fácil y sencillo, además tendrán la satisfacción personal de haber evitado un robo, de colaborar con la Policía y Guardia Civil y, sobre todo, puedes ayudar a un vecino y colaborar para que tu ciudad sea una localidad mucho más segura.