Un informe olvida de forma interesada, sibilina o torpe que el sufrimiento propiciado por la banda ETA lo hemos padecido policías, militares y guardias civiles en épocas muy duras”.
Esta semana hemos conocido un informe que ha elaborado la cátedra de Derechos Humanos de la Universidad de Deusto sobre el nivel de sufrimiento que los miembros de la policía autónoma vasca y sus familias han padecido en todo el lapso temporal que ha durado la violencia terrorista propiciada por la banda terrorista ETA. Un informe que olvida de forma interesada, sibilina o torpe que ese mismo sufrimiento lo hemos padecido policías, militares y guardias civiles en épocas muy duras y de constantes atentados.
He tenido la suerte de mantener reuniones con policías autónomos y hemos charlado sobre el terrorismo. No es fácil ser policía en ningún lugar y, mucho menos, en zonas donde el terrorismo ha provocado tanto sufrimiento. No podemos olvidar que la misión de un policía, pertenezca al cuerpo que pertenezca, es luchar contra el terrorismo y la delincuencia en general, y los violentos y delincuentes nunca los consideraran uno de los suyos por el simple hecho de haber nacido en un determinado territorio o vestir un uniforme distinto. Esto que describo es simplemente así.
La semana pasada me adelanté a los acontecimientos y escribía sobre la necesidad de conocer bien la historia, “hacer memoria histórica” para que las generaciones venideras conozcan qué pasó, pero no de forma interesada o sesgada. Escribía sobre la obligación moral de la sociedad española de estar junto a las víctimas, pero sin olvidar a los autores materiales e intelectuales y los propósitos para no caer en los mismos errores. Errores como enterrar a los muertos con celeridad, falta de ayuda y protección a las víctimas, creer que el terrorismo no es un problema de todos, independientemente del lugar del que somos o de dónde vivimos.
Errores como el informe de la Universidad de Deusto sobre el nivel de sufrimiento que los miembros de la policía autónoma vasca y sus familias, porque de sufrimiento, discriminación, aislamiento podemos aportar mucho a este informe los guardias civiles, policías, militares, jueces y funcionarios que hemos trabajado para garantizar las libertades y la seguridad ciudadana en ese rincón de España tan bonito y seductor.
Nada más conocer este informe, AEGC en colaboración con otras asociaciones profesionales de guardias civiles, militares y sindicatos policiales elaboraron el siguiente comunicado, que manifiesta cuál es el sentir del conjunto de los funcionarios sobre este informe discriminatorio:
“Estamos en un momento histórico caracterizado por la circunstancia de que el furor asesino de dicha banda se encuentra en un momento de bajo perfil y España se va introduciendo en un periodo en el que, desde la reflexión y la quietud que parece que asoman en este nuevo horizonte, se observará el pasado y se escribirá la Historia que en un futuro será recordada y honrada por las generaciones venideras. Es en este contexto donde los académicos e historiadores profesionales dibujarán lo que sin duda perdurará en la memoria de España. Los guardias civiles, al igual que los compañeros de la Policía Nacional, somos conscientes de lo delicado de este momento, pues del correcto enfoque del mismo va a depender que nuestra aparición en este triste episodio de nuestro país, sea recordada de una forma o de otra. Por esta razón, porque vemos que la Historia está comenzando a escribirse, estamos muy atentos al trabajo que desde los despachos académicos se realiza y, por ello, vamos a emitir nuestro parecer cuando se escriba sobre el sufrimiento que los asesinos y criminales de ETA y su entorno han causado a España. Nuestra legitimidad para hacerlo nace de dos poderosas causas: haber derramado nuestra sangre y las lágrimas de nuestros seres queridos en la lucha contra el terrorismo etarra y por otro lado, haber sido los causantes principales de que la banda asesina haya dejado de aniquilar seres inocentes.
En este sentido, consideramos muy peligroso ser sometidos por algunos sectores sociales a un nuevo tipo de violencia, en este caso mucho más sutil pero igualmente peligrosa: la violencia del olvido y del silencio. Y es que cuando se emiten estudios sectoriales que relatan verdades a medias, obviando a actores que han tenido un papel tan fundamental como el nuestro en el País Vasco, se comete la gran injusticia de no reconocer (por omisión) el sacrificio y la lealtad de todos y cada uno de los guardias civiles y policías nacionales que sirven y han servido a la sociedad española en el País Vasco. Todos esos hombres y mujeres que han dedicado los años de su vida y los de su familia a conseguir la paz que los verdaderos enemigos de la patria vasca han tratado repetidamente, sin éxito, de romper.
Sin lugar a dudas la policía autónoma vasca y sus familias han sufrido, como también lo han hecho y lo hacen hoy día, los miles de huérfanos de la Guardia Civil y la Policía Nacional que han quedado en el camino. Los guardias civiles no vamos a consentir ningún intento de someternos al silencio y al olvido de la Historia. Vamos a reivindicar nuestra presencia y reconocimiento en la misma. Vamos a enaltecer el trabajo desarrollado para que el País Vasco sea un lugar con libertad”.
Sólo me queda recomendar a la cátedra de Derechos Humanos de la Universidad de Deusto que elabore un informe sobre el grado de sufrimiento de las Fuerzas de Seguridad en el periodo que ETA, su entorno y sus seguidores intentaban causar el mayor daño posible. No tengo la menor duda que quedarían impactados y, sin duda, harían justicia con tantos niños, hombres y mujeres que soportaron tanto sufrimiento sin merecerlo.