Que se desplomen las estrellas si trasmito algo incierto! ¡Que se evaporen los mares y los océanos!
Al igual que la propia Acefep, Asociación Salud Mental Ceuta, yo también me hayo inmerso en un proceso de calidad respecto a mi papel como individuo en el movimiento asociativo, ya que somos depositarios de derechos, a la vez que somos deudores de obligaciones. Y al término de estas averiguaciones caigo en la cuenta.
La imagen que tienen de mí en la lucha por la dignidad de las personas con malestar psíquico es mucho más avanzada que la que tengo yo mismo; es como si la ceguera aturdiera mis sentidos (el fracaso académico deja una herida abierta en la autoestima).
El hecho es objetivo: me llaman de la Confederación para participar en la segunda reunión del Consejo Consultivo. El objetivo es claro: dotarnos de un plan terapéutico consensuado que dé respuesta de forma integral a las necesidades de un colectivo golpeado por el estigma y la exclusión, acaso inmerecida.
Me siento junto a eminencias en la materia que vienen desde la psiquiatría, la psicología, la Estrategia del Ministerio, las familias afectadas, los técnicos de la Confederación, el presidente; y por último Enrique de Canarias y yo mismo como representantes del Comité Pro Salud Mental En primera Persona.
Pero ¿cuál es mi bagaje para que mi voz pueda ser discutida en este consejo de sabios?
Pongo en valor mi taller de narrativa de los lunes, mi vicepresidencia en la asociación local, mi responsabilidad al frente del Comité nacional, algunos artículos y cinco o seis intervenciones de 20 minutos en seminarios de sensibilización. No es suficiente si de apadrinar la intervención en salud mental en primera persona se trata.
Es así, sólo si se tiene claro el fin puede establecerse una trayectoria. Sólo si hay un impulso puede iniciarse el camino. Entonces, ¿cuál es el impulso, cuál es el punto de ayuda? Es claro: convertir mis conocimientos de argumentario en filosofía. Ser capaz de disertar sobre el padecimiento y la esperanza sin discontinuidad, hacer sentirse seguro al interlocutor, y sobre todo, trasmitir la idea de que no es necesario de que haya vencedores y vencidos. Ya que el fundamento nos une: la búsqueda de la salud.
Es por ello que salgo tan poco en estas páginas de acogida, temeroso de que mis pocas ideas e innovaciones sintácticas se pierdan en batallas menores. Aunque ahora que lo pienso también podría haceros partícipes de mi proceso de creación.
Una vez que haga la selección de ideas que deben ser redactadas puedo utilizar el espacio de estas columnas a modo de borrador. Lo intentaré. Por lo demás, bien. Me quedo pensando: ¿cómo poner de moda la salud mental?